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Tras la salida de las Clarisas

El obispo muestra inquietud ante una pérdida de confianza en la Iglesia tras la salida de las Clarisas

Murgui aprovecha la misa del 20 aniversario de la coronación de la Virgen del Remedio para defender el «obrar correctísimo» de la Diócesis

El obispo de la Diócesis Orihuela-Alicante, durante la celebración de la Santa Faz de 2015. RAFA ARJONES

El obispo de la Diócesis Orihuela-Alicante, Jesús Murgui, instó a los fieles que el domingo se dieron cita en la Concatedral de San Nicolás para asistir a la misa de las 12 del mediodía a «no perder la confianza en la Iglesia y en sus pastores» tras los acontecimientos de las últimas semanas relacionados con la Santa Faz y la marcha de las monjas de clausura, rompiéndose una tradición de 500 años de custodia y protección de la Faz Divina. A la vez defendió el obrar «concretísimo» de la Diócesis, y habló de «calumnias» y de persecución a la Iglesia.

Murgui, que se ha fijado en el modelo de clausura del convento de Santa Ana de Badajoz para que puedan volver monjas a la Santa Faz, aprovechó la misa del 20 aniversario de la coronación canónica de la Virgen del Remedio, patrona de Alicante, en la que estuvo acompañado de los obispos eméritos y de varios sacerdotes, para reivindicar el papel que han jugado tanto él como la Diócesis en todo lo referente a la Santa Faz.

Y lo hizo después de que el presidente de la Archicofradía de la Virgen del Remedio, Rafael Gandulla, se dirigiera al prelado al final de la eucaristía para manifestarle «el afecto y el apoyo de todos los presentes», según recoge la Concatedral en una red social. En ella se lee también que Murgui dio las gracias y reivindicó el papel que están jugando él y el Obispado en todo lo referente a los acontecimientos sobre la Santa Faz, y que sus palabras recibieron un fuerte aplauso.

«Agradezco con toda mi alma señor presidente de la Archicofradía esas palabras sobre todo porque sé que son unas palabras muy de verdad. Usted ha dado voz a bastantes cristianos de Alicante que saben que al final, en esta época, aunque hagamos o tratemos de hacer el bien, siempre pagamos los mismos, la Iglesia y los pastores». En su discurso, el obispo dijo también que esto ocurre «aquí y en Roma con el Papa Francisco y en tantos lugares. Aquel que no es el amigo de Dios, sabemos quién es, siempre tiene un interés especial en sembrar algo que es fundamental para hacer daño a la Iglesia».

El obispo también aseguró que como pastor le preocupan las almas y la fe de los cristianos. «Fe por la cual los obispos y los sacerdotes nos hemos hecho lo que somos y estamos cada día tratando de dar cada día lo mejor de nosotros mismos». Y añadió que le duele que «todo lo que se ha montado pueda herir no al pastor sino a la fe de la buena gente, de la gente sencilla, buena, de Alicante», aseveró en una intervención que sorprendió a algunos asistentes, quienes no se esperaban que aludiera a lo ocurrido en Santa Faz durante la misa. «Poner en el corazón de los cristianos dudas y distancia respecto a sus pastores, calumnia que algo queda, siembra mentiras, siembra inexactitudes y algo queda en el corazón de los fieles. Eso es lo que más nos duele», dijo en su alocución.

Cuidar la fe

El máximo representante de la Diócesis Orihuela-Alicante defendió asimismo la forma en que han actuado en la crisis de Santa Faz con la marcha de las monjas. «La única súplica es que ojalá detrás de sus palabras (las del presidente de la Archicofradía en su apoyo) exista el pensamiento de muchos que sigan teniendo confianza en sus pastores y en el obrar correctísimo del Obispado, de la Diócesis de Orihuela-Alicante, que lo único que quiere es cuidar la fe y mimar aquello que son tesoros, enseñas, identidad cristiana de nuestro pueblo. Nunca perjudicar, nunca quitar, nunca trasladar, nunca marear. Siempre lo mejor para la fe de los cristianos de Alicante. Siempre».

Murgui terminó hablando de persecución. «La Iglesia siempre ha sido perseguida, hoy de formas muy sutiles, utilizando mil medios. No se preocupen, a Jesús ya le pasó, Jesús ya lo anunció y sus apóstoles. Por ejemplo, las cartas de San Pablo son un testimonio, ser pastor es dar la vida como hizo él. Así que tranquilos y felices pero no pierdan la confianza en su Iglesia y sus pastores», concluyó.

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