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Calidad, precio y seguridad, los atributos de la Costa Blanca

Los hoteleros confían en la fidelidad de los ingleses para mantener el negocio, pero apelan a buscar otros mercados

Los años 2016 y 2017 fueron los mejores años del sector turístico en la Costa Blanca, al final 2018 se cerrará con datos similares al pasado pues la provincia sigue teniendo intactos dos de sus tres grandes atributos. Ser uno de los destinos más seguros y mejor comunicados del Mediterráneo, y una zona muy barata para el turista de clase media europea. Condiciones que hasta ahora le han garantizado el éxito y la dejaban al margen de los vaivenes económicos que sufren los españoles, los más deseados, que incluso han perdido peso frente al aluvión de los turistas prestados que escogieron la provincia buscando el mismo sol que en Túnez y Turquía pero en playas mucho más tranquilas. Escenario que ya ha cambiado. El temor, hoy inexistente, es que el Brexit pudiera romper la tercera pata del banco, la fidelidad del turismo británico.

Y es que cualquier revés en la economía británica -algo que algunos analistas temen a medio plazo por la pérdida de valor de la libra- podría golpear los bolsillos de unos visitantes de clase media/baja, que son los que llevan llenando los hoteles y los apartamentos turístico de la Costa Blanca desde los años 70 del siglo XX. Turistas que sostienen miles de puestos de trabajo en la provincia pero que, en ocasiones, han llegado a Benidorm hasta subvencionados por un Gobierno, el británico, que se larga y con todas las consecuencias. Los hoteleros consultados ayer reiteraron que la fórmula no es otra que ofrecer calidad, mantener los precios y sondear otros mercados, aunque no sean tan potentes en número como el Reino Unido.

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