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Carmelo Hernández: «De nada sirve trabajar si la calle no cambia su actitud ante el maltrato»

Carmelo Hernández: «De nada sirve trabajar si la calle no cambia su actitud ante el maltrato» héctor fuentes

Carmelo Hernández acumula a sus espaldas años de experiencia en temas de violencia de género como funcionario de la Sección I de la Audiencia Provincial de Alicante, especializada en violencia de género. Le preocupa el aumento de la violencia entre los más jóvenes y pide una implicación mayor de la sociedad para acabar con esta lacra.

P ¿Cómo es posible que los casos de violencia de género aumenten entre los jóvenes, que han sido educados por padres que han crecido en democracia?

R Porque se ha producido una regresión. A nivel intelectual las mujeres han demostrado que están al mismo nivel que los hombres, por eso se tira de la construcción de la masculinidad desde su raíz para formar una contrucción fascista de la misma, que tira del instinto y de las hormonas para justificar lo que no tiene justificación. Es como una forma de los hombres de reafirmar su dominio frente a las mujeres, por eso los casos de violación también están aumentando.

P ¿Cree que las familias con hijos adolescentes son conscientes de esta situación?

R Actualmente hay una cantidad enorme de fuentes tóxicas en las que se sustentan este tipo de relaciones, como series, música, vídeos de Youtube... Yo he visto conciertos de cantantes de reggaeton que simulan un coito en el escenario con una chica que ellos escogen entre el público. Sorprende ver cómo las familias con hijos de entre 10 y 15 años se sorprenden cuando les muestras estas cosas. Sencillamente no creen que existan.

P ¿Cuáles son sus recetas para acabar con esta lacra?

R Hay que buscar las raíces estructurales del problema y la respuesta está en la sociedad. Hay que buscar los ecos de la calle porque muchas veces este tipo de delitos se minimizan y de nada sirve trabajar si la calle no cambia su actitud frente al maltrato. Al maltratador hay que expulsarlo de la sociedad. También hay que reforzar la educación de los chicos a tope, con talleres, asignaturas...

P Sentencias como la de la manada, las declaraciones machistas de algunos jueces... ¿qué pasa con la justicia?

R No se puede sentenciar sin tener perspectiva de género. Hay que perfeccionar las estructuras para que todos los que intervienen en estos casos tengan formación adecuada. Pero que no sea una formación de trámite. No vale con un curso online o un taller, sino una formación que genera un compromiso profesional y persona.

P ¿Qué les aconseja a los jóvenes con los que trata este tema?

R Les insisto mucho en que la mayoría de edad no es sólo un número, tiene muchas más implicaciones, entre ellas penales. Sin con 18 años agreden a sus parejas, les dan un bofetón tendrán que enfrentarse a un juicio, a una condena y a unos antecedentes penales que estarán ahí de por vida. La vida se les quebrará y de eso tienen que ser conscientes. Eso tiene que llegar a los jóvenes, porque hay muchos que se permiten el lujo de pensar que pueden hacer lo que les dé la gana. Por otro lado, en las charlas a las que acudo veo que cada vez es mayor el porcentaje de chicos y eso es positivo. Hay que fomentar la implicación de los hombres porque son una pieza fundamental del problema.

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