Los vecinos de Santa Faz se movilizan y recogen firmas para evitar que se marchen las monjas

Los vecinos de Santa Faz se movilizan y recogen firmas para evitar que se marchen las monjas

La Reliquia se quedará en Santa Faz, que se mantendrá como monasterio, renunciando así el Obispado a los planes de trasladar la venerada imagen a San Nicolás y convertir el recinto en hospedería. Así lo garantizó ayer la Iglesia, en un intento de calmar la indignación popular ante la noticia adelantada por este diario del inminente desalojo de las monjas que custodian la Reliquia desde hace 500 años. No está tan claro lo que ocurrirá con las religiosas: su orden habla de «traslado» por razones de organización interna pero también afirma que su intención es favorecer que otra comunidad de Clarisas tome el relevo de la actual.

Los planes de la Diócesis de llevarse a las hermanas el próximo martes rumbo a Cieza obligaron al Obispado a convocar a la presidenta de la Federación de Hermanas Clarisas a una reunión urgente en Alicante ayer por la tarde, que se saldó con la emisión de dos comunicados en lenguaje vaticano interpretables en varios sentidos. Lo único claro es que los comunicados salieron del mismo ordenador, el del vicario general, Vicente Martínez, según consta en ambos documentos remitidos desde el Obispado de Alicante.

La primera en manifestarse fue la curia a través de una nota conjunta de la Diócesis y el Cabildo de la Concatedral de San Nicolás, en la que dejan en el aire que en el monasterio pueda entrar otra «comunidad de vida contemplativa», recordando que primero estuvieron los monjes Jerónimos y después las actuales Clarisas Franciscanas.

Este comunicado, redactado en el ordenador del deán de la Concatedral, Ramón Egío, a las 12:46 horas, fue modificado en el ordenador del vicario general a las 16.53 horas. Es decir, la redacción inicial se hizo mucho antes de que comenzara la reunión interna presidida por el obispo, Jesús Murgui (17 horas), a la que fue convocada la presidenta de la Federación de Hermanas Clarisas, sor Luisa María Martínez Moreno, nombrada desde Roma como abadesa del convento de Santa Faz. La madre vive a caballo entre los conventos de la orden en Cartagena y Hellín.

El punto seis del escrito especifica que el Cabildo ha advertido a la Madre Abadesa y Federal que se ha de mantener íntegro el patrimonio cultural, artístico y religioso del monasterio.

El segundo comunicado, el de las Clarisas, se redactó a las 18.15 horas en el ordenador del vicario general, y fue modificado en esta misma computadora a las 18.58 de la tarde. En él, las hermanas aseguran que se producirá un relevo de religiosas de su orden pero no concretan cuándo. «Esto supondrá un tiempo que no podemos determinar, dada la crisis vocacional que padecemos actualmente».

La información oficial del Obispado sobre el contenido de la reunión llegó a este medio de comunicación a las 20.13 horas vía correo electrónico conteniendo ambos comunicados.

Se ponía así punto y seguido a una jornada crítica para la Iglesia, con movimientos desde primera hora de la mañana para intentar apagar el incendio que desató la inminente marcha de las hermanas. Las versiones oficiales, sin embargo, no satisfacen a la ciudadanía, que mantiene su movilización para acudir mañana a la pedanía y reivindicar «in situ» que las cuatro hermanas que permanecen intramuros se queden en el convento.

¿Cuál es el trasfondo de esta guerra por el dominio del monasterio de Santa Faz? Los comunicados intentan ocultar un secreto que ya se escucha a voces: que las miles de personas que la Reliquia atrae cada año y la gran cantidad de donaciones económicas que la Santa Faz recibe de los alicantinos despiertan un gran interés.

En el punto siete del comunicado de la curia se señala que «tanto el Santuario de la Santa Faz como el Cabildo de San Nicolás y el Ayuntamiento de Alicante velan por la seguridad de la Sagrada Reliquia». Se obvia la referencia a las monjas que llevan 500 años custodiando la Faz Divina. La palabra santuario es significativa: se refiere a un templo donde se venera una imagen o reliquia. Santa Faz ha sido siempre un monasterio precisamente porque hay religiosas.

Con la excusa de la «Cor Orans», instrucción de vida contemplativa promulgada por el Vaticano que obliga a cerrar los conventos de menos de cinco religiosas, se intenta enmascarar unos movimientos que no son nuevos y que se iniciaron en los años 90, cuando la Diócesis intentó darle al monasterio un uso de parroquia para celebrar bautizos y otras ceremonias. La idea fracasó cuando un dirigente franciscano voló a Roma, ante la beligerancia de las hermanas que había entonces.

El anterior alcalde, el socialista Gabriel Echávarri, señaló ayer que uno de los primeros problemas con que se encontró al llegar a la Alcaldía fue una serie de cartas amenazantes del Obispado a las monjas para desalojarlas. Afirmó que las Clarisas le llamaron a través de terceras personas y que fue al convento. Allí la madre superiora le aseguró que el Obispado quería llevarse la Reliquia de la Santa Faz para hacer dinero con ella. Así que el primer paso era sacarlas a ellas del monasterio, lo que permitiría a la Iglesia hospedar a gente en las instalaciones.

En los últimos años, la presencia se hermanas se ha ido diezmando. Hubo hasta cinco encamadas a la vez y las restantes no daban abasto con la limpieza del convento y las misas. A cuatro mayores se las llevaron a Elche y dos jóvenes salieron del recinto y no pudieron volver. Ahora solo quedan cuatro y una de ellas se recupera de una operación. Solo con una más se cumpliría el mínimo que pide el Papa para mantener el convento.

Para abundar en estos extremos, este diario intentó reiteradamente contactar con la madre federal, sin éxito. Otro tanto ocurrió con el vicario general, de cuyo ordenador salieron los comunicados enviados ayer por el Obispado.