El Boletín Oficial de la Provincia de Alicante (BOP) publica la resolución de la Autoridad Portuaria de la enajenación mediante adjudicación directa de la "réplica" del Santísima Trinidad, declarado artefacto flotante abandonado en el Puerto el pasado febrero. Tras el fiasco que ha resultado la subasta pública para desprenderse del casco -salió por 152.000 euros- el Puerto ha abierto un nuevo plazo para desprenderse de la "réplica" por 7.605 euros. Los interesados pueden presentar sus ofertas hasta el 17 de diciembre en la Autoridad Portuaria. Su futuro es el desaguace porque el casco debiera someterse a una reparación en dique seco en Cartagena o Dénia (puertos más cercanos) y someterse a una revisión por Capitanía Marítima, que ya prohibió su remolque tras un análisis.

Triste final, salvo que haya un comprador final, para la "réplica" del que fuera un un navío español de 120 cañones en un principio, ampliados hasta 140 con posterioridad. Fue el barco más grande de su época, por lo que recibía el apodo de "El Escorial de los mares", y fue uno de los pocos navíos de línea de cuatro puentes que existieron. A pesar de ello, no resultaba muy eficaz por lo torpe y lento de su navegación. Se hundió tras la Batalla de Trafalgar.

El Santísima Trinidad fue durante sus 36 años de vida el buque insignia de la Armada Española en el siglo XVIII. Dotado de 112 cañones, el navío era el más grande de la época. Combatió en todas las batallas españolas desde 1769 hasta su final en la de Trafalgar, en 1805, en que acabó hundido tras los daños sufridos.