¿Dónde están las llaves del camarín de la Reliquia de la Santa Faz que guardaban las hermanas? Una pregunta de momento sin respuesta puesto que tanto el obispo, Jesús Murgui, como el capellán del monasterio, José Luis Casanova, aseguran desconocer el paradero del juego que estaba en manos de las religiosas, que están en el convento de Cieza. Tanto en la pedanía como a través de la plataforma Change.org se han recogido más de 7.000 firmas, que los promotores de la iniciativa tienen previsto entregar mañana en el Obispado, el Ayuntamiento y la Diputación junto a un escrito reclamando la vuelta de las hermanas de Santa Faz.

Las llaves de las monjas abren dos de las cuatro cerraduras que tiene el camarín de donde se extrae la imagen de la Santa Faz tanto el día de la Peregrina como en los ensayos y en las salidas extraordinarias de la Reliquia. Las llaves de las otras dos cerraduras las tiene en su poder el Ayuntamiento, que hace uso de ellas por medio del concejal síndico cada año durante los actos de la romería. El alcalde, Luis Barcala, se interesó por las llaves que las religiosas guardaban en una pequeña caja, que mostraban cada año en la apertura de la hornacina, preguntándole directamente al obispo. El prelado aseguró a Barcala que desconoce dónde se encuentran.

También dijo no saber nada de las llaves el deán del Cabildo catedralicio, Ramón Egío, quien piensa que las monjas se las habrán entregado antes de irse bien al Ayuntamiento, que tiene la otra pareja, o bien al capellán del monasterio.

Sin embargo, este último sacerdote declaró no tener idea alguna sobre las llaves ni si se las han llevado con ellas las monjas a Cieza o si se han quedado en el interior de la clausura. Precisamente el capellán, José Luis Casanova, fue la persona que cerró la puerta del monasterio y puso la alarma de seguridad del recinto antes de marcharse a su casa tras la misa de las siete de la tarde del sábado, en la que se apercibió de que no estaban las monjas pese a que siempre salían a cantar durante los oficios. Sin embargo, el sacerdote asegura que cuando cerró la cancela desconocía que las hermanas se habían marchado y que le llamaron a los pocos minutos de que saltara la alarma en la parte de la clausura.

Ramón Egío, deán de la concatedral de San Nicolás habla con los vecinos de la Santa Faz

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Tras unas horas de soledad de la Reliquia, varios seminaristas pasaron esa primera noche en el camarín. Un grupo de cuatro seminaristas se personaron de nuevo anoche con sacos de dormir.

Una solución

El capellán dijo también que se trabaja por dar una solución a la situación del monasterio, que, según enfatizó, sigue siendo de las Clarisas, pese a que la comunidad esté ausente, y que deben ser monjas de vida contemplativa quienes ocupen el convento. «El Obispado puede ayudar a cuidar y hacer acto de presencia en el monasterio, sólo que no están presentes nuestras hermanas, que tanto queremos. Esperamos que se solucione lo más brevemente posible, se está trabajando por ello», dijo Casanova, que afirmó que el obispo quiere que las Clarisas puedan continuar en Santa Faz, y que «lo está intentando con la máxima celeridad. Está dispuesto a ir a pedir al monasterio donde haya más». Mientras, el deán Ramón Egío insistió en que la comunidad de Clarisas ha salido por decisión propia. Ayer, diversos representantes de la Diócesis se desplazaron a Murcia para exponer en primera persona la situación al padre asistente de la orden franciscana.

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Barcala acude a Santa Faz a tranquilizar a los vecinos

Lo ocurrido en Santa Faz empieza a desatar una guerra política. El PSOE, a través del edil Carlos Giménez, reclama al PP que se congele el convenio en vigor con las Clarisas por el que el Consistorio aporta 80.000 euros para obras en el monasterio. Desde Guanyar, el edil Daniel Simón dijo que la salida de las monjas puede dejar en cierta situación de invulnerabilidad el patrimonio de la Santa Faz, y apuestan por ampliar al monasterio la petición de Bien de Interés Cultural solicitada para la romería.