No hay pueblo español, pequeño o grande, que no encierre una enseñanza». Esta frase de Azorín encierra parte de la esencia que encarna Antonio García Solera, considerado el arquitecto más destacado de Alicante, que ayer recibió un emotivo homenaje en el auditorio ADDA ante cientos de personas. Con motivo de la presentación del libro «Juan Antonio García Solera. Testimonio de una época» del periodista Martín Sanz, la sociedad alicantina puso en valor la importancia de su figura en el desarrollo urbano y turístico de ciudades de toda la provincia como Alicante o Benidorm.

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Presentación del libro 'Juan Antonio García Solera. Testimonio de una época'

Con un fuerte aplauso y con todo el auditorio en pie, Antonio García Solera fue recibido como lo que es: la figura más importante de la arquitectura alicantina de las últimas cinco décadas. El director general de Contenidos de INFORMACIÓN, Juan Ramón Gil, presentó el acto y explicó que el legado de este insigne alicantino «habla por sí mismo» porque ha dejado huella donde ha trabajado. Juan Ramón Gil definió Alicante como «un amante en cuyo regazo se puede vivir feliz siempre y cuando no le pidas amor eterno», profundizando en la idea de que el arquitecto supo entender esta zona y todas en las que trabajó «porque es un hombre que por encima de todo estudia y ama las ciudades».

Reflejo de sus conversaciones con Martín Sanz, el urbanista deja un retrato que «perdurará en el tiempo tanto como sus obras». El autor ha plasmado sus confesiones más íntimas con el fin de que los alicantinos entiendan cómo ha sido la provincia en los últimos 50 años y, sobre todo, cómo podría haber sido. Más allá de su trayectoria profesional, la publicación ha ahondado también en su faceta humana, familiar y personal.

Presentación del libro 'Juan Antonio García Solera. Testimonio de una época'

Presentación del libro 'Juan Antonio García Solera. Testimonio de una época'

Por su parte, el presidente de la Diputación César Sánchez le expresó su admiración y puntualizó que lo importante «es dejar poso y que la vida sea fértil y, en este caso, el alicantino ha dado más a la ciudad de lo que ha recibido». Según Sánchez, este maestro de arquitectos forma parte de nuestra historia «por derecho propio». Mediante este volumen, la Diputación ha querido reconocer su carrera y el éxito que obtuvo con obras como el ADDA, la sede de la Cámara de Comercio, el Colegio Oficial de Médicos o el complejo Vistahermosa.

Con franqueza, una dosis de humor con trasfondo instructivo y sin rastro de acritud, el urbanista echó la vista atrás para recordar su vocación y aquella época en la que los jóvenes fijaban su mirada en Málaga como un referente arquitectónico por saber rodearse de museos y equipamientos culturales. García Solera dejó claro que hacer un Plan General de Ordenación Urbana es mucho más que «dibujar plazas y calles» y reconoció que la espinita que se le quedó clavada fue no poder realizar el PGOU de Alicante, pese a haber redactado una propuesta que desarrollaba la ciudad alrededor de la bahía. En su opinión, ahora es un área «congestionada» que crece sin orden.

El acto contó con momentos especialmente emotivos: además del visible cariño mostrado por los cientos de asistentes, el homenajeado se emocionó al recordar los consejos de su padre sobre la importancia de la constancia o al reconocer el sacrificio que ha realizado su mujer y su familia por comprender su vocación. Con lágrimas en los ojos, afirmó que la redacción de esta biografía le ha ayudado a recordar momentos y situaciones que tenía olvidadas.

Durante la presentación del libro destacó la presencia del alcalde Luis Barcala, el diputado de Presidencia, Carlos Castillo, la senadora Asunción Sánchez Zaplana y una amplia representación de los grupos políticos de la corporación municipal de Alicante.