n El cierre la semana pasada de la planta de hospitalización de Ginecología en el Hospital de La Vila ha obligado en los últimos días a derivar a las parturientas a los dos hospitales de la ciudad de Alicante.
Personal de ambos centros criticaban ayer que el aumento de pacientes se asumió sin que se incrementaran los recursos humanos ni de espacios, lo que provocó que el domingo se saturaran los servicios tanto del Hospital General como de Sant Joan, según han indicado fuentes de ambos centros sanitarios. El lunes volvió a abrir la planta de La Vila que permanecía cerrada, por lo que la situación volvió a la normalidad. Fuentes de este centro sanitario señalan que el cierre de la planta se ha llevado a cabo con el objetivo de acometer obras de reforma. Tan solo quedaron cuatro habitaciones para ingresar a las mujeres que llegaban con el parto muy avanzado. Todo lo demás era derivado a los hospitales alicantinos.
Hace unas semanas los paritorios de este hospital fueron cerrados por obras durante tres días, lo que apenas afectó a la actividad del servicio ya que los partos se siguieron atendiendo en los quirófanos.
La falta de mantenimiento y de inversiones que arrastra desde hace décadas el centro hospitalario de referencia para cerca de 200.000 ciudadanos que residen en la Marina Baixa -sin contar con la población no empadronada y los turistas- ha convertido a este edificio en una auténtica ruina en el que se suceden los incidentes. Este verano, por ejemplo se rompió el sistema de aire acondicionado y en septiembre se vino abajo el falso techo de la zona de quirófanos, lo que obligó a suspender operaciones programadas.
Pese a que hay presupuestados más de 12 millones para la obra de reforma los plazos de la Administración hacen inviable que esta promesa sea una realidad, al menos, hasta 2021.
