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«En 20 años tendremos nanofármacos en el mercado y, antes, sensores para detectar enfermedades en casa»

El premio Rey Jaume I de Nuevas Tecnologías, Ramón Martínez-Mañez, explicó en la Sede Universitaria la «revolución» que traerá consigo la Nanomedicina

«En 20 años tendremos nanofármacos en el mercado y, antes, sensores para detectar enfermedades en casa»

P ¿En qué consiste la Nanomedicina exactamente?

R En realidad se trata de un concepto simple, es aplicar los conceptos de la nanotecnología a la Medicina. En nanotecnología se trabaja con sistemas de tamaño nanométrico, es decir, muy pequeños, la milmillonésima parte de un metro. La aplicación de estos sistemas en diagnóstico, terapia y medicina regenerativa es lo que entendemos como Nanomedicina.

P ¿Cómo se aplicaría para el diagnóstico de enfermedades?

R Para el diagnóstico de enfermedades se trabaja en sistemas de detección, como puede ser el que se emplea para medir la glucosa, pero muy pequeños de manera que sean rápidos, baratos y que los pueda manejar cualquier persona.

P ¿Y para el tratamiento?

R Para las terapias, la aplicación fundamental es el sistema de liberación controlada. La mayoría de fármacos de distribuye de manera homogénea por el cuerpo y solo una fracción pequeña va al sitio en el que tiene que actuar, de manera que hay que aumentar las dosis y en los tratamientos tóxicos aparecen los efectos secundarios. Si el fármaco viaja encapsulado dentro de una nanopartícula que lo libera en el sitio que debe, hay que emplear menos cantidad, la eficacia terapéutica aumenta y la toxicidad disminuye. En medicina regenerativa se aplicaría para fabricar materiales que sirvan como sistemas de apoyo a las terapias celulares.

P Esta es la revolución de la Medicina a la que se refiere.

R La idea es hacer sistemas cada vez más complejos y precisos que liberen el fármaco donde deben. La revolución llegará con el tiempo, pero ya existen fármacos nanoformulados, no hablamos de algo futurista.

P ¿Cómo se administran, en una pastilla o se inyectan?

R Hay varios formatos, en función del tratamiento. Puede ser en forma de pastilla, inyectado o inhalado. Y otro campo revolucionario será el de los sensores, que se podrán implantar en el cuerpo para monitorizar el estado de salud. Se encuentran en fase de investigación pero puede que no pase mucho tiempo para que los veamos.

P Parece ciencia ficción. ¿En cuánto tiempo calcula que podrían ser una realidad? ¿Hablamos de unos pocos años o del siglo que viene?

R El sistema de liberación controlado de fármacos como ocurre con los medicamentos debe pasar por multitud de controles antes de llegar al mercado, lo cual no es fácil ni barato, pero yo creo que 20 años es un plazo razonable para ver su desarrollo completo. En el caso de los sensores todo es más sencillo y pienso que los tendremos antes.

P ¿Se podrán implantar en breve sensores en el cuerpo para que alerten de cualquier enfermedad?

R Depende de la aplicación de los sensores. Ya existe un amplio desarrollo para biomarcadores capaces de detectar una enfermedad a través de sangre u orina. Cuando se detectan nuevos biomarcadores se realizan nuevos sensores. Esto se lleva a cabo en los hospitales con instrumental muy complejo. Lo que intentamos es hacer lo mismo pero de forma más barata y sencilla, que pueda ser realizado en casa como si fuera un test de embarazo. Están en marcha muchos estudios para desarrollar sensores que detecten uno o más parámetros biológicos en una gota de sangre, saliva u orina.

P ¿Ya no hará falta el ojo clínico de los médicos?

R El médico siempre tendrá que estar porque si un sensor detecta un nivel alto de glucosa, por ejemplo, habrá que ir al médico. El concepto que está detrás de todo esto es el diagnóstico temprano de las enfermedades graves porque la posibilidad de curarlas es mucho mayor si se detectan en fases tempranas. Esta tecnología permite esa detección temprana, al facilitar la monitorización. Ahora, muchas veces, cuando se detecta es cuando el paciente se encuentra mal y, en ocasiones, ya es tarde.

P ¿Serviría para enfermedades como el cáncer?

R Sí, serviría para el cáncer y para otras enfermedades degenerativas. Trabajamos para desarrollar sistemas que sean fáciles, sencillos y baratos para que lleguen a la mayor cantidad de población. Habrá que ver qué nos depara el futuro y cuántos sensores son capaces de llegar al mercado.

P También trabaja en otros campos con los sensores. ¿Qué proyectos tiene en marcha?

R Sí, trabajamos en sensores que de forma rápida, con un cambio de color, detecten desde explosivos y agentes químicos o drogas hasta la presencia de tóxicos en la industria alimentaria. Ahora mismo tenemos en marcha un proyecto bactericida contra la mosca blanca y otro para detectar las nuevas drogas de diseño que van apareciendo y para las que no hay un sistema de detección rápida, sino que tienen que ir a un laboratorio especializado.

P Enhorabuena por el Premio Jaume I, ¿cree que sirve para divulgar la ciencia?

R Sí, es uno de los aspectos positivos de estos premios. Es bueno divulgar la ciencia y que llegue a la sociedad. Es algo que debemos fomentar en España porque no se hace tanto como debería.

P ¿Sigue la ciencia infrafinanciada? ¿Necesitan también otro tipo de apoyos?

R La financiación es clave porque necesitamos personal, equipos y material para avanzar. Hablamos de entre un 30 y un 50% menos de financiación que antes de la crisis y recuperar esas tasas sería muy importante. También nos vendrían bien gestores especializados en transferencia y para solicitar proyectos. Serían necesarias más figuras de este tipo para apoyar a los grupos de investigación.

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