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El Instituto de Neurociencias busca mecanismos para bloquear el picor crónico

El investigador Augusto Escalante recibe una beca de 300.000 euros para desentrañar cómo funcionan las neuronas que regulan esta sensación

Augusto Escalante, en su laboratorio del Instituto de Neurociencias. héctor fuentes

Una cuarta parte de la población sufre picor crónico, sin que haya una cura efectiva para tan molesta sensación, solo tratamientos que la alivian. Tampoco la ciencia sabe qué partes del cerebro se activan para percibir el picor, algo que podría cambiar en un futuro si el trabajo de Augusto Escalante llega a buen puerto. Este científico del Instituto de Neurociencias de Alicante centra su trabajo en saber cómo funcionan las «neuronas del picor» y si es posible controlarlas para curar o al menos aliviar la comezón.

Tres años de beca

Escalante, que estudió Biología en la Universidad de Málaga y desarrolló su tesis doctoral en el Instituto de Neurociencias, ha recibido para ello una de las becas Junior Leader «la Caixa» por valor de 300.000 euros para desarrollar su investigación a lo largo de tres años. Estas becas están destinadas a posibilitar el regreso de investigadores españoles en el extranjero. En este sentido, Escalante ha trabajado durante los últimos cinco años en el Instituto de Neurobiología Max Planck de Múnich.

Su trabajo allí se centró en un proyecto «con el que queríamos comprobar qué células de la médula espinal mediaban en las distintas sensaciones que percibimos a través de la piel, como el calor o el dolor». En este trabajo encontró un grupo de neuronas que controlan el picor y cuyo papel es esencial para bloquear todos los estímulos relacionados con esta sensación que llegan a través de la piel, por ejemplo el roce con la ropa. «Vimos que eliminando estas células los ratones se rascaban continuamente». El objetivo ahora «es estudiar qué partes del cerebro son las encargadas de recibir esa información sobre el picor». Una vez identificadas esas regiones cerebrales, en un futuro se podrían diseñar nuevas herramientas que modifiquen esas regiones del cerebro y así quitar la sensación de picor primero en ratones para después probar en humanos.

Y es que pese a que un 25% de la población sufre picor aún se desconocen qué partes del cerebro se activan ante esta sensación. «La piel tiene unas terminaciones nerviosas que detectan el picor y de ahí la información llega a la médula espinal. Pero lo que ocurre en el cerebro es aún una incógnita».

Existen numerosos tipos de picor relacionados con enfermedades crónicas, como puede ser la diabetes. «Si logramos entender a que región del cerebro llega esa información podríamos ser capaces de decirle que la ignore», explica Augusto Escalante. La cuantía de la beca de «la Caixa» permitirá a este investigador desarrollar su trabajo a lo largo de tres años. «Uno de los aspectos más positivos es que la beca incluye además de tu salario fondos para investigar, lo que te permite tener un proyecto independiente». Al conocer que había obtenido una de estas ayudas, Escalante tuvo muy claro que el centro en el que desarrollaría su investigación sería el Instituto de Neurociencias -centro mixto del CSIF y la UMH-, «puesto que es el mejor de España y uno de los primeros de Europa».

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