Las monjas Clarisas, orden que se encarga desde hace 500 años de custodiar la Reliquia de la Santa Faz, abandonarán el próximo martes el monasterio alicantino que cada año acoge la romería de miles de personas que renuevan una tradición que se inició en 1489 con el Milagro de la Lágrima, que se produjo en la zona donde luego se levantaría el monasterio durante una rogativa con la imagen. En este momento, solo hay cuatro hermanas intramuros, una de ellas además enferma, de cuyo cuidado se encargan las demás. Otras religiosas mayores ya fueron trasladadas meses atrás a los conventos de la orden en Elche y Cartagena.

Sobre el motivo del abandono del convento por parte de las monjas hay diversas versiones en estos momentos. Desde que hay muy pocas hermanas para mantener el recinto y custodiar la Reliquia, a que se trata de una reestructuración general de la orden que está realizando la Federación de Clarisas ante la pérdida de vocaciones, e incluso se afirma que el malestar del Obispado con el comportamiento de algunas hermanas años atrás ha motivado su deseo de impulsar su salida del convento.

Las primeras reacciones no se han hecho esperar. La exalcaldesa, Sonia Castedo, ha utilizado su red social de Facebook para afirmar que "no lo abandonan, las obligan a marcharse. La Santa Faz, sin nuestras monjitas, no es lo mismo". Además, apoya una recogida de firmas a través de Change.org coincidiendo con el quinto centenario de la fundación del monasterio de las Clarisas Franciscanas.

La marcha de las hermanas se produce cuando faltan pocos meses para que se inicien actos especiales con motivo del Año Santo de la Santa Faz que se ha solicitado al Vaticano al caer en 2019 en domingo el 17 marzo, día en que se produjo el Milagro de la La Lágrima allá por 1489.

Cabildo

Las hermanas, que custodian la Peregrina, partirán rumbo a otro convento que no se ha especificado. Mientras que fuentes eclesiásticas aseguran que está en el aire la sustitución de las religiosas, es decir, si volverá a haber monjas cuidando de la Reliquia, el deán del Cabildo, Ramón Egío, asegura que sí que irán nuevas monjas al monasterio para custodiar la Faz Divina sin concretar si serán de la misma orden.

Por su parte, la abadesa, la hermana Luisa María, nombrada directamente por el Vaticano para coger las riendas de la comunidad religiosa alicantina, afirma que no se pondrá en riesgo la imagen que tanta devoción despierta entre los alicantinos. La superiora, que ha sido presidenta durante muchos años de la Federación de las Clarisas de Cartagena-Murcia, compagina la dirección del convento alicantino con los de Murcia y Hellín (Albacete).

En los últimos días ha habido movimientos en torno al convento, de donde se han sacado enseres, preparando la salida de las hermanas, prevista para el próximo martes.

La historia de la Santa Faz se remonta al siglo XV, cuando mosén Pedro Mena, párroco de la localidad de San Juan, viajó a Roma y le obsequiaron con un fragmento del lienzo de la faz de Cristo. El religioso, que guardaba la pieza en el fondo de un arcón pero siempre aparecía en la parte superior, decidió sacar en romería el lienzo, a modo de ruego por la ausencia de lluvia.

La fecha elegida por mosén Pedro Mena fue el 17 de marzo de 1489. En el mismo momento en el que la procesión llegaba al barranco de la Lloixa, el cura vio cómo brotaba una lágrima del lienzo. Este fue el primer milagro que se le atribuyó a la Santa Faz. Este milagro se conmemora cada año el segundo jueves después del Domingo de Resurrección con una peregrinación que resulta multitudinaria.

La romería es una costumbre muy alicantina, en la que cada año miles de personas recorren andando la distancia que separa Alicante de la pedanía de Santa Faz para visitar y rendir homenaje a la Reliquia, donde, según la tradición, se guarda uno de los pliegues del lienzo con el que la Verónica secó el rostro de Jesucristo de camino al Calvario.