Apuntarse en algún grupo de voluntariado; profundizar en los idiomas, especialmente el inglés, en la Escuela de Idiomas; y ser muy cuidadosos con el uso de las redes sociales, son algunos de los consejos que monitores y orientadores de Juventud aportan a los estudiantes de Secundaria y Bachillerato de los institutos en el marco del programa municipal «Oriéntate», que ayer arrancó en el Centro de Recursos Educativos de la calle Padre Mariana.
A los estudiantes de cuarto curso de ESO del Instituto Gran Vía y de Bachillerato del Instituto Bahía de Babel, que estrenaron ayer las charlas, les seguirán hasta el último día de noviembre el resto de los centros de Secundaria y de colegios concertados hasta sumar más de 1.500 estudiantes de 27 centros de la ciudad «para orientarles en su futuro profesional», como señala el concejal Israel Cortés. «Es un apoyo a alumnos, padres y profesores, las tres patas de la educación», concreta la coordinadora, Pilar Carreto.
Los estudiantes se encuentran en uno de los momentos más cruciales para ellos a la hora de decidir hacia dónde dirigir sus vidas, a través de los estudios. «Intentamos decirles que no dejen de estudiar algo, lo que sea, que no pasa nada por que se equivoquen, que lo intenten de nuevo porque el mercado laboral pide gente formada en muchos ámbitos».
Ya no basta, por ejemplo, con la titulación en Medicina, como comentan ante los alumnos. Se exige además un idioma, haber hecho voluntariado, saber informática, tener habilidades sociales y en definitiva, ser muy trasversal. A ellos, los estudiantes, lo que les preocupa es que sus padres no les atiendan sobre lo que prefieren hacer. «Por eso invitamos igualmente a los padres, porque también deben ir admitiendo, si se da el caso, que su hijo quiere ser artista», apunta la coordinadora.
Es la mayor preocupación de los tutores. Se agobian en cuanto su hijo les dice que no quiere estudiar, que quiere dejarlo, pero hay opciones, como señala Pilar Carreto.
«Al margen del instituto hay otros cursos con los que pueden obtener un certificado de profesionalidad. Hay que estar con ellos, acompañarles y guiarles para que tengan mucha formación, ya sea formal como no formal porque generalmente acaban volviendo al mundo educativo.
Las escuelas de adultos y las pruebas de acceso a la Universidad para mayores de 25 años son otras opciones a las que agarrarse al cabo de un tiempo. «Pero lo importante es que no dejen de formarse en algo y empezar dese el itinerario más bajo». Como en el caso del que le guste pintar y no estudiar. Tienen la opción de las escuelas de artes sin tener que centrarse únicamente en graduarse en Bellas Artes.
De la misma forma, el que no accede a la carrera de Medicina cuenta con ciclos de FP de gran calidad en el área sanitaria.
Tecnologías
El uso de las redes sociales es materia igualmente obligada en este programa de orientación juvenil, porque además de ofrecer buenos portales de empleo, son una de las bazas con las que juegan los empleadores a la hora de elegir el perfil del profesional que buscan.
«Dar un like no es inocente, ni tampoco las fotos que suben a Instagram o todo aquello que comparten. En las entrevistas, previamente se informan de lo que los jóvenes han puesto en las redes sociales, por eso les explicamos que tienen que conocer las consecuencias de todos sus actos», subraya Carreto.
Las ingenierías y la informática relacionada con las redes sociales tienen salida laboral asegurada, pero lo que llama la atención a los jóvenes en Secundaria, que todavía no buscan trabajo, son los comunity manager y los influencer.
