Los centros de Formación Profesional reunidos en el Instituto Canastell de San Vicente en el marco de las jornadas nacionales «Dualiza», reclaman de los políticos una mayor autonomía para poder autogestionarse y abarcar con su formación a la propia empresa, lo que les convertiría en un verdadero motor económico.
Tanto desde el mundo de la empresa como desde el ámbito académico coinciden en que la FP se encuentra hoy en día «constreñida» por una normativa que les equipara a los centros de Secundaria, extremo que, aseguran, les corta las alas por completo cuando en la práctica podrían innovar y participar de forma más activa en la generación de empleo.
Autogestión
Así lo sostienen entre los ponentes tanto el presidente de la asociación nacional FP-Empresa, que integra a 226 centros en todas las autonomías, como el coordinador territorial de la Fundación Bankia por la FP dual, o el director de ciclos formativos en el campus Florida Universitaria de València.
«La FP es el marco en el que se forman los niveles técnicos y superiores de cualquier país, los que cuantitativamente sostienen el marco productivo y empresarial,y quienes mejor conocen la realidad, pero el sistema educativo sigue guiándolo tradicionalmente con demasiada normativa. No ha entrado a confiar en la capacidad de autogestión de los centros, como sí pasa en otros países, para convertirlo en el motor económico». La reflexión de Pere Soriano, de Florida Universitaria, tiene su continuidad en la reclamación explícita de Joan Sarrión, que preside la asociación FP-Empresa.
«Es necesario que se reconozca y se potencie la autonomía de gestión de estos centros para poder impulsar la FP. Están organizados en un marco legal que debería ampliar su autonomía para poder evolucionar hacia una FP más innovadora y generadora de empleo», abunda Sarrión.
En nombre de los directores de estos centros, el responsable del IES Canastell de San Vicente, Carlos Navas, reclama desde ya a Educación contar con un código de empresa propio, como ya tienen las escuelas artísticas superiores hace una década, y de modo similar también al funcionamiento de las universidades. «Ni podemos tener talleres de empleo, ni podemos dar cursos certificados o de formación continua que tanto nos demandan las propias empresas, e incluso podríamos dar clases en el mes de julio. No estamos pidiendo ni más recursos ni más profesorado, sino más autonomía de gestión porque ahora mismo nos cortan las alas», afirma Navas.
Desde la Fundación Bankia por la FP Dual, Ricard Guillem admite el actual «parón» de la FP en esta Comunidad, aunque confía en que aumentará su potencia en los próximos años porque «la FP puede dar respuesta a la falta de mano cualificada acercando el mundo formativo y el empresarial».
