Vecinos y comerciantes del entorno del Ayuntamiento de Alicante reclaman a las administraciones planes y actuaciones de urbanismo comercial, sobre todo en las calles Altamira y Jorge Juan, aledañas a la Casa Consistorial, para acabar con la progresiva degradación que consideran están sufriendo y que estiman impropio de una ciudad turística como Alicante, y de una zona considerada escaparate de la ciudad. De hecho, en Altamira hay un hotel de cinco estrellas y en breve abrirá otro, mientras que Jorge Juan conecta con la plaza de Santa María y acoge numerosos apartamentos turísticos.

"Necesitamos reactivar los planes y trabajar a medio y largo plazo, con el compromiso y consenso de que gobierne quien gobierne se ejecuten", reivindica el presidente de la asociación de comerciantes Corazón de Alicante, Vicente Armengol. Vecinos y comerciantes tienen numerosas quejas por la imagen que presenta la zona, que consideran va a peor, con una plaza del Ayuntamiento desangelada en cuanto anochece, sobre todo en invierno, pese a ser centro neurálgico de la ciudad, y con pérdida de tejido comercial en favor de la hostelería.

En cuanto a los pocos comercios que sobreviven, propietarios y trabajadores son muy críticos con la falta de limpieza, iluminación y seguridad. En el caso de la calle Jorge Juan consideran que con mínimos detalles como poner iluminación de Navidad en la parte del Ayuntamiento recayente a la misma ya realzaría una zona que en cuanto cae el día es "como boca de lobo", afirma Juan Cardell, de Relojería Cardell. Además, considera que el problema afecta en general a todo el Casco Antiguo.

La calle Altamira, que conecta la plaza del Ayuntamiento con la Rambla, registra más paso de peatones pero los comeciantes y los vecinos están muy descontentos con el aspecto de los edificios, ya que hay varios abandonados y degradados, y otro más contiene un andamiaje que lo sostiene, según denuncian, desde hace más de una década. Juan Carlos Ballester, de Taberna Ca Soler, afirma que no hay presencia policial y sobre todo le incomoda la estética arquitectónica de los edificios, "que están envejecidos y cerrados. Hace falta un planteamiento ambicioso para esta zona, cuyo contexto general no está organizado. Se nota que no hay un proyecto o nunca lo ha habido. Alicante es igual que hace un siglo, pero con autobús en lugar de tranvía".

Otras demandas ciudadanas son mejoras en las aceras, el soterramiento de los contenedores y la peatonalización del entorno al considerar insuficiente la Zona 30 ya que los coches circulan, según afirman, a gran velocidad.