De ser el autor material e intelectual de la muerte de María del Carmen Martínez acusará a su yerno Miguel López el fiscal José Llor en el escrito de conclusiones provisionales que tiene previsto presentar hoy. Ningún cambio pues respecto al planteamiento que desde que comenzó la instrucción de la causa ha guiado la actuación del ministerio público, que mantendrá los cargos de asesinato y tenencia ilícita de armas aún cuando no haya aparecido la pistola con la que se efectuaron los dos disparos que acabaron con la vida de la viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala. El crimen se cometió el el 9 de diciembre de 2016 en un negocio de automoción propiedad de la familia y regentado por el único sospechoso de su muerte.

Frente a la falta de pruebas directas, el fiscal siempre ha sostenido que la concatenación de indicios son más que concluyentes para afirmar que Miguel López asesinó a su suegra en el marco de una batalla familiar por el control de la empresa del plástico, motor económico de los Sala y en el actualidad propiedad del hijo mayor de la víctima tras llegar a un acuerdo con sus tres hermanas para separarse de ellas a cambio de comprarles su parte.

Para el acusador público, el sospechoso no sólo tenía el móvil (en alusión al conflicto familiar por los intereses empresariales que mantenía enfrentadas a las tres mujeres con la víctima y el primogénito) sino que era el único que podía preparar el escenario para el asesinato, que se cometió en el lavadero del negocio al que María del Carmen había acudido a recoger su coche.

La causa, de mano en mano

Junto al escrito de conclusiones provisionales, el fiscal entregará en el juzgado los siete tomos de la causa que contienen todo lo investigado a lo largo de estos casi dos años de instrucción, material del que se dará traslado a Francisco Ruiz Marco, el abogado que ejerce la acusación particular en nombre de hijo mayor de la fallecida. Una representación para la que tampoco cabe duda alguna de que fue el sospechoso quien acabó con la vida de su suegra en el contexto de esa lucha por hacerse con el control de la mercantil, denominada en esos momentos Samar Internacional, y a cuyo frente se encontraba el primogénito con el apoyo de su madre, que cumplía así con la voluntad que su marido dejó escrita en el testamento: que la acción de oro que daba el control real de la empresa legada a su mujer le fuera transmitida por ésta su hijo. Algo con lo que las tres hermanas nunca estuvieron de acuerdo.

Dos de ellas, las dos cuñadas del Miguel López ( su mujer se ha mantenido al margen del proceso penal), también están personadas como acusación particular, aunque con un perfil bajo a lo largo de toda la instrucción. Las dos mujeres siempre han defendido la inocencia del sospechoso y, aunque en el inicio del proceso manifestaron su voluntad de trabajar para que se descubriera quién había sido el asesino de su madre, su actividad en la investigación no ha trascendido.

Después de las acusaciones será el turno de la defensa. En representación de Miguel López, el letrado Javier Sánchez Vera será el último en calificar unos hechos de los que desvincula por completo a sus cliente, por el que pedirá el sobreseimiento de las actuaciones.El abogado sostendrá que no hay pruebas que incriminen a López y que, por lo tanto, no hay base para mantenerle en el proceso.

Al juez le corresponderá después decidir si comparte esta tesis o si, como parece más probable, acuerda que un jurado juzgue a Miguel López por el asesinato de su suegra.