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Los cerebros de la Física

Los alumnos del grado con la nota de corte más alta de la Universidad quieren mejorar la vida de las personas a través de la medicina, el Big Data o la astrofísica

Los estudiantes escriben fórmulas en la pizarra. PILAR CORTÉS

«El primer año del grado te rompe la cabeza, tu mentalidad cambia y te enfrentas a problemas desde otro punto de vista. Aprendes a aprender. En Bachillerato las matemáticas y la física las estudias de una manera mecanizada, pero aquí tienes que empezar a pensar». Así lo ve Javier Olivares, uno de los alumnos del grado de Física en la Universidad de Alicante (UA) que forma parte del «selecto grupo» de estudiantes de esta titulación, que este curso ha registrado la nota más alta de corte del campus, un 12,038 sobre 14.

La carrera solo lleva implantada tres cursos y entran 50 alumnos en primero, aunque en tercero ya solo quedan la mitad. Este año se han quedado 200 en lista de espera, señala el coordinador del grado, Guillermo Chiappe, y «muchos de ellos con expedientes brillantes», lamenta. De hecho, en toda España no llegan a 10.000 los estudiantes de Física. No todo el mundo vale para ello aunque la carrera vive una especie de renacimiento gracias al Big Data, a la informática en general, e incluso a la serie Big Bang Theory, explican los propios alumnos. INFORMACIÓN ha reunido a seis de ellos, casualmente todos chicos aunque hay un 30% de chicas matriculadas, para que compartan sus inquietudes y dónde se ven en un futuro porque, como ellos mismos admiten, «en realidad casi nadie sabe lo que hacemos». «Somos unos frikis, pero a mucha honra. Es verdad que en cuanto nos juntamos más de dos físicos en una reunión de amigos acabamos hablando de teorías y del Tipler -el libro que es el ABC de su disciplina- y los demás nos miran como si estuviéramos locos», cuentan.

Alumnos de Física brillantes en la UA

Alumnos de Física brillantes en la UA

Su campo de actuación es enorme y va desde la fusión nuclear al Big Data. «En realidad si te gradúas en Física puedes hacer cualquier cosa», resume Vicente Lillo. Y es cierto que aparte de la salida laboral de la investigación, las empresas se los rifan. «Nuestro perfil está muy demandado en el sector tecnológico, en informática, en la banca, en consultoras o en Telecomunicaciones, pero también en medicina nuclear o en el sector aeroespacial», indica.

«La informática la inventaron los físicos, pero eso la gente no lo sabe», se reivindican. Precisamente en informática se abre un gran reto para los físicos, que trabajan actualmente en el desarrollo de los ordenadores cuánticos que dispararán la capacidad de cálculo abriendo caminos inexplorados aún por la ciencia.

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Alumnos de Física brillantes en la UA

«A mí me gustaría investigar en física teórica», dice Adrián Robles, que trabaja como enfermero en el Hospital de Sant Joan y decidió estudiar Física porque «me enamoré cuando empecé a leer divulgación estando en Alemania, donde me fui a trabajar al acabar Enfermería. Cuando volví pusieron el grado en Alicante y entré por la cuota que dejan para los graduados en otras titulaciones. Ha sido la mejor decisión de mi vida, me encanta», asegura. Además, Robles ha impulsado la creación de la Asociación Nacional de Estudiantes de Física, que preside. Este alumno tiene en común con sus compañeros el hecho de empezar a leer y ver vídeos sobre Física por su cuenta. «Mientras los demás jugaban con videojuegos yo me ponía vídeos sobre agujeros negros», comenta Javier Olivares, cuyo sueño sería entrar en el Instituto de Física Teórica. Otros como Jaime Abellán, que acaba de empezar, cree que puede ayudar a la sociedad en un futuro «con la aplicación de la mecánica cuántica a la informática o con la de la nuclear a las energías renovables». El eldense Jesús Martínez no lo tiene claro. «Me gusta la rama de la Medicina nuclear en los tratamientos contra el cáncer, pero también he estudiado música, que está muy relacionada con las matemáticas, y no sé a qué me dedicaré». Por contra, Vicente Lillo se ve en la gestión de un departamento de I+D de una gran empresa haciendo de nexo entre investigadores y empresarios y manejando patentes. Aunque tampoco descarta las oportunidades que ofrece ahora la Ciencia de Datos. «La gente se cree que con hacer un cursillo ya sabes de Big Data, pero de eso nada», aclara. A Francisco Valero le encantaría dedicarse en un futuro a la astrofísica «aunque no sé si voy a tener cabeza suficiente para ello», aunque también le encanta la divulgación científica en la que ya ha hecho sus pinitos a través de la asociación de estudiantes. «En mi casa están orgullosos de que estudie Física», añade. Y no es para menos, si bien en general todos aspiran a que la sociedad reconozca su labor aunque no termine de entenderla.

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