La reparación de las baldosas rotas en las calles peatonales del Centro Tradicional se ha iniciado esta misma mañana en Cándida Jimeno Gargallo, antes San Ildefonso, aunque permanecen en su lugar y aún no han sido retiradas la mayoría de las vallas que el Ayuntamiento colocó para señalizar los lugares donde el suelo está roto y advertir al peatón sobre el peligro de caída.

Un operario ha empezado a levantar las baldosas que se movían para echar la mezcla sobre el suelo y allanarla antes de volver a colocarlas para dejar el firme en condiciones, en una intervención realizada en dos puntos de esta calle peatonal en la que hay numerosos negocios de hostelería y veladores. En uno de ellos sí que se han retirado las vallas protectoras.

Quedan pendiente de reparación varias baldosas que están sueltas en esta calle así como en Castaños, que se irán arreglando en los próximos días. En ambas zonas peatonales permanecen las numerosas vallas que las han convertido en una auténtica carrera de obstáculos, sobre todo los viernes y sábados por el tardeo.

Al final lo que ocurre con las vallas es que los peatones las mueven y terminan fuera del lugar que estaban señalizando, incluso abandonadas y apoyadas contra las paredes. Entorpecen el tránsito de los alicantinos y turistas que ocupan los veladores, y los fines de semana son una molestia dada la gran cantidad de personas que se concentran sobre todo en Castaños, centro del tardeo, según explican desde los negocios cercanos.

Los establecimientos de restauración de Cándida Jimeno Gargallo celebran el inicio de la intervención después de más de seis meses con las baldosas rotas provocando caídas sobre todo de personas mayores. También han incidido en lo largo que se les ha hecho el tiempo que lleva la calle llena de vallas para señalizar las baldosas rotas, más de un mes y medio.

En la calle Castaños y en Cándida Jimeno Gargallo hay una quincena de vallas en cada una de ellas. Parece que el Ayuntamiento utiliza las vallas como solución a todo. Colocó una treintena para indicar el espacio que quedaba abierto entre dos pistas en el patio escolar del colegio Monte Benacantil tras el robo del sistema de desagüe hace cinco meses. Con esas vallas se hirieron jugando varios niños. También las colocan para indicar los agujeros en la calzada y ahora en las calles peatonales.

Desde el Ayuntamiento explicaron que hay cuatro planes para arreglar aceras por 240.000 euros que afectan a más de 200 calles y plazas que se van a ejecutar, entre ellas Cándida Jimeno Gargallo y Castaños.