Pasear por las calles peatonales de Castaños y Cándida Jimeno Gargallo -antes San Ildefonso- se ha convertido en una carrera de obstáculos. Más bien en una prueba de 100 metros vallas si se tiene en cuenta la cantidad de este tipo de protecciones que están diseminadas por ambas vías públicas y que llevan ahí más de un mes en algunos casos. El Ayuntamiento las colocó para alertar del desnivel entre las baldosas, en un intento de evitar caídas de los peatones.

Vecinos y hosteleros se quejan de que las vallas que avisan del peligro llevan demasiado tiempo en el sitio, sin que se arregle el problema del pavimento. Sin olvidar que en el caso de que se produzca un episodio de lluvias fuertes son un auténtico peligro.

En Castaños hay unas 14 vallas diseminadas por distintos puntos, algunas sueltas. Por ejemplo, en la puerta del café-bar Principal. «Las pusieron hace más de un mes para que no se caiga nadie con el pavimento roto, que lleva medio año así, pero los fines de semana, con el tardeo, molestan». Lo mismo piensan los comerciantes. En la pastelería La Crème opinan que es «terrible». «Entorpecen el paso, aparte de que quitan visión al escaparate. Son una molestia». También hay 14 vallas en Cándida Jimeno Gargallo, que es asimismo una vía peatonal.

Parece que el Ayuntamiento utiliza las vallas como solución a todo. Pusieron una treintena en el colegio Monte Benacantil tras el robo del sistema de desagüe al alcance de los niños, las colocan para indicar los agujeros en la calzada y ahora en calles peatonales.

«Las vallas molestan y la gente las aparta, sobre todo en la zona de Castaños, que ya sabemos cómo se pone. Nos preocupa la peligrosidad de las vallas sueltas. Además, si se monta algún tipo de pelea es una herramienta susceptible de ser lanzada», destaca Vicente Armengol, presidente de la asociación de comerciantes Corazón de Alicante. «Al principio estaban muy bien acotadas, el Ayuntamiento las colocó para delimitar las baldosas sueltas y el área a reparar para que la gente no pisara, como una baliza. Como no han reparado el suelo llevan ahí un mes o más, y están ya por cualquier sitio. Se supone que si se pone el vallado es para que se repare con prontitud. Al final por el espacio que ocupan son molestas para el peatón y el pavimento cada vez está más suelto y más roto».

Reparación

Desde el Ayuntamiento explicaron que hay cuatro planes para arreglar aceras por 240.000 euros que afectan a más de 200 calles y plazas que se van a ejecutar, y que en Castaños se prevé iniciar la reparación del suelo en los próximos días.