Vitalista, acelerada y un torbellino de emociones. Elena García preside la Asociación Altas Capacidades Cognitivas y Talentos de Alicante (Alasac), que acaba de echar a andar con talleres y cursos para padres y niños que se celebran dos veces al mes en la sede de la UMH en Sant Joan d'Alacant. Noventa personas conforman la agrupación «y creciendo, queremos llegar a todos los rincones, que las familias sepan que no están solas y que tienen un sitio al que acudir si no saben qué hacer». Las últimas cifras recogen que hay 308 menores reconocidos como casos de altas capacidades en la provincia.
P ¿Qué distingue a un niño con alta capacidad?
R No existe un patrón único, hay rasgos y características individuales que pueden desembocar en conductas y situaciones muy diversas. Nos encontramos ante niños con un desarrollo neurológico diferencial en relación a la cantidad de información que son capaces de recibir del exterior y la calidad del resultado del procesamiento de dichos datos.
P ¿A qué edad se puede determinar que un niño tiene alta capacidad? ¿Cuáles son los síntomas?
R Las altas capacidades tienen una base de tipo genético, pero toda carga genética está expuesta a las influencias del ambiente. No podemos establecer un rango de edad unívoco para valorar si estamos ante un caso de este tipo, puesto que dependerá de que rasgos y ambiente confluyan de la forma idónea.
P ¿Qué problemas se puede encontrar en el colegio un niño con alta capacidad?
R No tiene por qué existir problemas. Hay muchos niños de altas capacidades que no presentan ningún tipo de dificultad y tienen un rendimiento óptimo. Pero, en muchas ocasiones, la conjugación rasgos-ambiente no resulta tan beneficiosa y afloran desajustes que se transforman en alteraciones adaptativas de tipo conductual o emocional, con la consecuente desmotivación, lo cual influye negativamente también en el rendimiento. A veces, por el aburrimiento, si el ritmo de aprendizaje es muy alto, otras por la falta de ajuste social con sus iguales al no compartir intereses o preocupaciones vitales, y otras por no recibir la atención requerida por parte del profesorado, que no entiende sus verdaderas necesidades.
P ¿Y su relación con los demás niños? ¿Le puede afectar a la hora de los juegos, de realizar trabajos?
R Tener un perfil evolutivo de altas capacidades no es sinónimo de problemas. En ocasiones, pueden convertirse en líderes y tener habilidades sociales perfectamente consolidadas. Sin embargo, otras veces puede existir un déficit a la hora de adquirir o desarrollar estas habilidades, incluso tratarse de niños con rasgos introvertidos. En estos casos, las relaciones con iguales se pueden volver más complejas y encontrar más dificultades para encontrar otros niños afines o sentirse integrados dentro de los grupos
P¿Cómo deben tratar los docentes a los niños con alta capacidad?
R Exactamente igual que a cualquier otro niño. Cuando necesite más estímulos académicos, habrá que procurar dárselos para no entorpecer su aprendizaje, cuando emocionalmente atraviese por dificultades habrá que darle apoyo y soporte emocional, etc.
P ¿Están preparados los profesores para guiar a los niños?
R En la actualidad, de forma general, no. Salvo excepciones, el desconocimiento sobre este aspecto evolutivo es la tónica habitual. El interés por formarse en la materia se ha extendido, pero aún es insuficiente. Y, muchas veces, la formación que está impartiendo es excesivamente básica o estereotipada. Queda mucho trabajo por hacer y mucha implicación docente por despertar.
P ¿Qué debe hacer el profesor en clase cuándo, por ejemplo, en 1º de Primaria está enseñando las sílabas a los alumnos y hay un niño con alta capacidad que ya sabe leer?
R Tiene que estar atento y no mandarle hacer cosas que ya sabe, leer ma me mi mo mu es un suplicio para ese niño, se aburre; que le permita tener un libro o lo que llamamos rincón de enriquecimiento, para los que acaban antes las actividades.
P Tienen altas capacidades, pero también índices altos de fracaso escolar.
R La tasa del fracaso escolar es del 70 por ciento, son niños que se aburren en clase y desconectan, sacan ceros porque no quieren destacar; muchas veces los especialistas se equivocan y les diagnostican síndrome de Asperger, van de psicólogo en psicólogo, los estímulos les sobrepasan. También sufren acoso escolar precisamente por destacar.
P ¿Todos se comportan igual?
R Hay dos tipos de niños: los convergentes y los divergentes. Los primeros se centran más; los segundos se rebelan y se enfrentan a las normas. Hay más niños divergentes que convergentes.
P ¿Qué serán de mayores?
R Pueden ser astronautas o fontaneros, pero serán los mejores en lo que hagan.
