Más de un millar de militares del Mando de Operaciones Especiales (MOE) y de otras unidades del Ejército participan desde el pasado domingo en las principales maniobras de adiestramiento que realiza cada año la unidad de élite con base en el cuartel de Rabasa. El Ejercicio Empecinado-18 contempla el despliegue de los militares desde el pasado lunes en dos bases operativas habilitadas en Rabasa y en la localidad murciana de Los Alcázares. Hasta el próximo día 26 llevarán a cabo simulacros de operaciones especiales en las provincias de Alicante, Valencia, Albacete, Murcia y Almería. Estas maniobras de los "boinas verdes" se llevan a cabo como cada año para mantener a las tropas con un nivel de adiestramiento que les permita desplazarse a una misión en cualquier parte del mundo.

El objetivo principal de la misión internacional que simularán en las maniobras es resolver un conflicto entre dos países a causa de un río y el control de los recursos hídricos. Se trata de una intervención de la OTAN por mandato de Naciones Unidas con el fin de restablecer la situación al momento de previo a la invasión de un país con una dictadura y un potente ejército que ha ocupado parte de la nación que solicita el apoyo de la ONU.

Las unidades de operaciones especiales realizarán en este ejercicio misiones de acción directa, reconocimiento especial y asistencia militar. Estas intervenciones incluyen rescate de rehenes, captura de dirigentes y actuaciones con fabricaciones de explosivos, entre otras misiones.

Por si fueran pocos los esfuerzos para ejecutar con éxito esta misión internacional al amparo de Naciones Unidas, el Ejercicio Empecinado contará con un problema añadido porque a mitad de las maniobras se pondrá en marcha otra misión dirigida desde España para rescatar a personal nacional secuestrado, lo que obligará a desviar militares de la misión internacional para la otra intervención simultánea.

Además del objetivo general de adiestramiento del MOE, entre los objetivos específicos de las maniobras figuran el planeamiento y conducción de una misión de recuperación de personal y adiestrar al personal en procedimientos de inserción y extracción.

Para las maniobras se han movilizado a 500 efectivos del Mando de Operaciones Especiales y otros 600 militares de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra, de la Brigada Paracaidista de Javalí Nuevo (Murcia), la Bripac de Madrid y los mandos de Ingenieros de Salamanca y de Transmisiones de Bétera, entre otras unidades. Entre los medios movilizados destacan tres helicópteros de ataque y cuatro de transporte de personal. En Rabasa y en Los Alcázares se han instalado sendos puestos mando donde se lleva a cabo el planeamiento de las operaciones especiales y su seguimiento para dar solución los problemas que vayan surgiendo.