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Lo peor de Alicante, la limpieza

Colectivos ciudadanos y entidades reclaman al Ayuntamiento, que mañana debate sobre el estado de la ciudad, más medidas contra la suciedad

Panorámica de la ciudad de Alicante. rafa arjones

La suciedad es la asignatura pendiente de Alicante: perjudica su imagen de cara al turismo y sale perdiendo frente a directas competidoras como Málaga. No se ha mejorado apenas en limpieza con el cambio de gobierno en el Ayuntamiento, que mañana celebra el primer debate del estado de la ciudad con el popular Luis Barcala como alcalde. En ello coinciden vecinos, empresarios, comerciantes, sindicatos y colectivos ciudadanos y festeros, que reclaman planes de choque, campañas de concienciación ciudadana y que se multe a quien ensucie.

«Alicante tiene un gran potencial pero no se está haciendo todo el esfuerzo. Una ciudad turística pasa por mejorar la limpieza, cuidarla y mimarla, para dar una imagen inmaculada. Me gustaría que se pareciera más a Málaga. Alicante necesita más limpieza, ordenación y mejoras en las conexiones para que sea más atractiva», afirma Francisco Gómez, presidente de la Asociación de la Empresa Familiar. En la misma línea se posicionaron los sindicatos. «La ciudad sigue sucia, no ha habido cambio y tampoco se esmeran», opina la secretaria general de UGT en Alicante, Yaissel Sánchez, preocupada además por «la pobreza estancada en los barrios y por la falta de mantenimiento de los polígonos industriales. Las empresas siguen prefiriendo los de Elche. No se aprecian proyectos que atraigan inversión y riqueza». CC OO percibe problemas que empiezan a ser estructurales como la limpieza y un modelo demasiado fiado a la actividad turística estacional basado en la economía sumergida y el empleo precario. Y reclaman un nuevo hospital para la capital alicantina.

El pequeño comercio echa de menos un modelo claro. Hay quejas por la suciedad de las calles pese a que Alicante tiene una de las contratas más caras. Y reclaman inversiones en el sector, que empieza a sufrir cierres de negocios que buscan otras ciudades de la provincia «más cómodas en accesibilidad, limpieza y seguridad», afirma el secretario general de la patronal del pequeño comercio, Francisco Rovira. Vicente Armengol, de Corazón de Alicante, reclama la peatonalización del centro. En una línea similar, los hosteleros demandan más limpieza y policía.

Los colectivos vecinales piden multas contra la suciedad. «La única manera de concienciarnos es que nos tengamos que rascar el bolsillo», opina María Eva Coloma, presidenta de la asociación de vecinos Virgen del Remedio. Aceras por arreglar y calles por asfaltar están entre sus quejas. José María Hernández, representante de una docena de asociaciones de vecinos, también ve defectos en la limpieza y reclama que se finalicen proyectos pendientes como la Vía Parque. A los entes festeros también les preocupa el problema de la suciedad. Alfredo Llopis, presidente de la Semana Santa, insta al Ayuntamiento a concienciar a los alicantinos para que cuiden la ciudad, independientemente de que se necesite un plan de choque para mejorar la imagen urbana. Sea como sea, una mayoría considera que se ha perdido gran parte del mandato en las peleas políticas del tripartito aunque celebran la reducción de la deuda municipal y que la imagen de Alicante ya no esté tan ligada a la corrupción política.

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