Sábado por la mañana, plaza de Argel, corazón de la Zona Norte de Alicante. Lo habitual: gente de tertulia en las terrazas, pensionistas de descanso en los bancos, familias enteras con el carrito de la compra. Aquí le gusta verse al PSOE, escenario simbólico, vida de barrio, y a las once y media de la mañana, puntualidad más que notable, junto a una carpa con el puño y la rosa empieza a sonar la música del partido que certifica oficialmente el comienzo de la precampaña electoral socialista. Una más. Pero no como las demás.

Porque a lo habitual -un acto impulsado por la ejecutiva local para repartir dípticos contando las bendiciones de los gobiernos de Pedro Sánchez, Ximo Puig y del ya defenestrado Gabriel Echávarri (en modo tripartito o solitario)- se une un hecho insólito. O dos: ya no es que la agrupación de la capital encare esta carrera hacia los comicios de la próxima primavera sin haber decidido su cabeza de cartel; es que ahora mismo hay hasta cuatro aspirantes al puesto. Tres de ellos acudieron ayer a la plaza de Argel: al mismo sitio pero no revueltos. Al contrario: un poco cada uno por su lado. Y así, el PSOE trasladó la guerra de nervios de los últimos días a la calle. Con quién habla este, con quién no el otro, quién se fotografía, quién no había llegado cuando ya todos se habían fotografiado...

O concretando: ayer estuvieron la única precandidata ya oficial a unas hipotéticas primarias, la portavoz socialista Eva Montesinos, quien sin embargo no llegó a la foto oficial junto a la ya descrita carpa porque en ese momento tenía su propia reunión sin la ejecutiva con representantes vecinales de la Zona Norte; la diputada Sandra Martín, posible precandidata del sector de Ángel Franco si el sector de Franco se embarca en el envite y que sí se hizo la foto junto a Miguel Millana, el resto de su ejecutiva y algunos concejales; y José Asensi, el representante sanchista que se ha autopropuesto como candidato de consenso para evitar la sangre de las primarias, que llegó más tarde (Martín ya se había ido a repartir dípticos) y que tampoco se hizo la foto de marras. No estuvo la cuarta posible aspirante en liza, la presidenta del PSPV, Juana Serna, otra baza de consenso bajo la sombra directa de Puig que espera su propio momento.

En pleno barrio, paseíllo pues de alcaldables (en algunos casos sería más correcto decir prealcaldables, un lenguaje casi nuevo). Y otros síntomas de batalla interna: a la hora de informar sobre el acto en su comunicado oficial, la ejecutiva de Millana, vinculada a Franco, sólo nombró a la prealcaldable de Franco, Sandra Martín. Ni a Asensi ni a Montesinos, a pesar de que esta última es la portavoz del grupo municipal y el grupo municipal también impulsaba el acto.

El peso personal

¿Es un problema empezar una precampaña sin líder? A tal pregunta, respuestas con matices diferentes. El portavoz de la ejecutiva, Sergio Ramón: «No, incluso así hay más implicación de la ejecutiva, del grupo municipal, de la militancia...». Su secretario general, Miguel Millana: «No, ahora mismo la marca PSOE funciona muy bien... aunque es verdad que en unas elecciones locales el peso personal es muy importante». Millana espera que el proceso para hallar a un candidato avance al fin a buen ritmo. Porque, mientras tanto, seguirán los paseíllos.