Cerca de la caja fuerte dentro de una bolsa que estaba oculta bajo unos papeles en la residencia familiar de Vistahermosa. Ahí ha sido donde las hijas del expresidente de la CAM Vicente Sala han localizado las joyas de cuya desaparición alertó su tía Toñi, hermana de María del Carmen Martínez y con la que vivía hasta que el 9 de diciembre de 2016 ésta fue asesinada de dos disparos en la cabeza en el establecimiento de automoción que regentaba su yerno Miguel López, único sospechoso de su muerte.
Las hermanas Sala encontraron las alhajas hace unas semanas. Se trata de tres sortijas, un par de pendientes, un reloj, una cadena con una cruz y una pulsera cuyo valor no ha trascendido.
Representantes de las tres hermanas, a quienes ahora pertenece la residencia de sus padres tras el acuerdo al que llegaron con el primogénito por el que separaron su patrimonio empresarial e inmobiliario, se pusieron en contacto a través de un burofax con el entorno de su tía para comunicarle el hallazgo y concretar su entrega. Ahora, unas semanas después, se ha acordado una cita en una notaría para que la hermana de María del Carmen recupere sus joyas de cuya desaparición tuvo conversaciones con la fallecida en el contexto de las malas relaciones que mantenían con las tres mujeres.
El hallazgo y la entrega de estos objetos de valor se va a producir sin que tía y sobrinas tengan que verse las caras y cuando la Policía está a punto de entregar al juez que instruye la causa por el asesinato de la viuda de Vicente Sala el informe sobre el material localizado en el móvil y la tablet del sospechoso.
Apremio
La pasada semana el magistrado José Luis de la Fuente dictó una providencia en la que apremiaba a la Unidad de Delincuencia Violenta de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría de Alicante para que se entregara el resultado de ese análisis. Un informe que se que ha ido demorando por la dificultad para acceder a los dispositivos a cuyo contenido se ha llegado al final gracias a un novedoso programa incorporado por Interior después de que la defensa del sospechoso rechazara facilitar las claves de acceso ante el posibilidad de que los aparatos hubieran sido manipulados.
Una prueba que, según ha podido saber este diario, no se espera que aporte ningún dato revelador en la investigación de un caso del que pronto se cumplirán los dos años de instrucción sin que en este tiempo se haya avanzado mucho respecto a la concatenación de indicios en los que Policía, juez y fiscal se apoyan desde prácticamente el principio.
El magistrado concreta en su providencia que la «causa pende exclusivamente» de la recepción de esta diligencia, lo que indica que una vez la tenga en su poder procederá el decretar el fin de la instrucción. Algo que con poco éxito solicitó la defensa de López, quien continúa compareciendo en el juzgado todos los lunes pese que ha fijado su residencia fuera de Alicante, donde podría cumplir también con este requisito.
Concluida esta fase, el instructor tiene ahora dos opciones: acorar el sobreseimiento de las actuciones o, lo que parece más probable, continuar con el proceso para que sea un jurado popular el que determine la inocencia o culpabilidad del sospechoso.
