La Semana Santa de Alicante inicia una nueva etapa con la primera asamblea del nuevo presidente, Alfredo Llopis, que se celebra esta noche en la Casa de la Festa.

En el transcurso de la asamblea se le impone la medalla tanto al presidente como al Consejo Rector de esta entidad tras las elecciones que se celebraron el pasado mes de julio y la confirmación por parte del obispo de la Diócesis, Jesús Murgui.

El candidato ganador se impuso en julio en las elecciones por trece votos a once en una reñida lucha a la otra aspirante, además la primera mujer que optaba al cargo, Beatriz Gandulla, aunque la toma de posesión se ha demorado. El nuevo presidente, de 60 años, lleva 35 participando en la Semana Santa, primero en El Perdón y desde hace 28 años en el Cristo del Mar, que engloba a diversas hermandades de Semana Santa. La mitad de esos años ha sido hermano mayor, aunque realizó también funciones de mayordomo y fue responsable de Patrimonio.

El nuevo presidente para los próximos cuatro años sucede en el cargo a Alberto Payá, que sólo agotó un mandato y decidió no presentarse a la reelección. Payá, quien tuvo sus más y sus menos con el exalcalde Gabriel Echávarri, siempre reclamó más apoyo del Ayuntamiento para un colectivo importante de la ciudad, pues lo forman más de 8.000 personas.

Tras proclamarse vencedor, Llopis Verdú recibió numerosas felicitaciones de hermanos mayores y otros cofrades al término de la votación que se celebró en julio en la Casa de la Festa. Participaron las 24 hermandades con derecho al voto, de las que 13 optaron por Llopis Verdú y 11 por Gandulla, de 50 años, quien formó parte del equipo de Alberto Payá, el anterior presidente, y pertenece a la hermandad de Jesús del Gran Poder y Nuestra Señora de la Esperanza.

Entre los proyectos de Llopis, destaca la búsqueda de una solución definitiva para los tronos que se guardan durante el año en precarias condiciones en unas naves de la Fábrica de Tabacos. Su intención es abordar el problema con todas las administraciones para buscar una ubicación digna, pues «en el lugar donde están ahora hay ratas y gatos. No se puede consentir que parte del patrimonio de la Semana Santa esté lleno de orines de gatos y de inmundicia, pues hay pasos labrados y valiosos en esas naves, que cuestan muchos miles de euros y que están allí de cualquier manera», dijo entonces

El Museo de Semana Santa es otro de sus objetivos así como tramitar la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional para la celebración