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Menos borracheras de alcohol entre los jóvenes, pero más consumo de tabaco y cannabis

Los expertos alertan sobre el hecho de que hay un 72% de los adolescentes que beben de manera habitual

Un grupo de jóvenes hace botellón en la zona de la Playa de San Juan. alex domínguez

Menos atracones de alcohol, pero más porros y tabaco. La última encuesta sobre consumo de drogas entre los adolescentes que cada dos años publica el Ministerio de Sanidad revela que la ingesta abusiva de alcohol está descendiendo entre los jóvenes de la provincia, sobre todo en lo que a borracheras, botellones e intoxicaciones alcohólicas agudas (el conocido como «bringe drinking), se refiere. La contrapartida es que aumenta el número de chicos que admite fumar tabaco o cannabis.

El número de jóvenes que reconoce haberse emborrachado en el último mes, lo que evidencia consumo habitual, ha caído desde el 36% de la encuesta de 2012 al 24,6% del último informe con datos de 2016. En el mismo periodo de tiempo, el porcentaje de jóvenes que se habían pegado un atracón a beber cayó del 49,6% al 36,9%. También desciende el número de adolescentes que admiten haber participado en botellones en los últimos 30 días, del 48,4% al 24,2%. Sin embargo, los expertos llaman a no bajar la guardia, ya que si bien el consumo abusivo parece que está bajando, no lo hace con la misma intensidad la cifra de jóvenes que consumen alcohol con regularidad. Ésta apenas se ha movido del 74,7% de la encuesta de 2012 al 72,6%. «La prevalencia (hábito) en el consumo de alcohol sigue siendo muy elevada entre nuestros jóvenes», señala Enrique Madrid, psicólogo y experto en adicciones de la Fundación Aepa. Un hábito, el de la bebida, que a edades tempranas puede ocasionar daños irreparables, ya que el cerebro no queda formado por completo hasta los 21 años. Los daños neuronales que se producen durante esa etapa de maduración y desarrollo son irreversibles. No obstante, este mensaje parece que no acaba de calar entre los chicos, por lo que expertos como Enrique Madrid piden otro tipo de medidas. «Faltan alternativas de ocio saludable. Si los jóvenes no tienen otra cosa que hacer los fines de semana, consumirán alcohol». Este psicólogo experto en adicciones propone que se abran más centros culturales, más institutos y más espacios deportivos los fines de semana por la noche. «El secreto es generar alternativas incompatibles con el consumo de alcohol. Porque si montas un torneo de futbito a las 12 de la noche, es muy difícil que los chicos que participen beban».

Brotes psicóticos

El psiquiatra Bartolomé Pérez Gálvez, responsable de la Unidad de Alcohología del Hospital de Sant Joan, llama también a no bajar la guardia, «porque una inmensa mayoría de jóvenes consume alcohol, cuando esta cifra debería ser cero». En este sentido, Pérez Gálvez reclama políticas de continuidad para acabar con este fenómeno.

Otro de los resultados que preocupa a quienes se dedican al tema de las adicciones es que, aunque de manera discreta, sigue aumentando el consumo de cannabis. Desde 2012 el número de jóvenes que lo han fumado en el último año ha pasado del 29,4% al 31,7%. Una sustancia que se banaliza pese a su enorme poder de adicción y a los efectos que causa. «Está demostrado que la mayoría de chicos que ingresan por brotes psicóticos han consumido cannabis y que este afecta a la capacidad de concentración o al rendimiento escolar», señala Consagración Jareño, directora de Proyecto Hombre en Alicante. A su juicio la sociedad sigue sin ser del todo consciente de esta situación, «e incluso ahora mismo se anuncia una linea de cremas hechas con cannabis en televisión y a horas de máxima audiencia».

Además, se trata de una adicción difícil de superar. «A veces viene gente porque consume cocaína y cannabis y les cuesta menos dejar la primera. Entre otras cosas porque no son conscientes de que tienen un problema con el cannabis, pese a que no pueden dormir sino se fuman antes un porro». Jareño explica además que la cocaína permanece en el cuerpo seis días, mientras que el cannabis puede hacerlo hasta 20. El 70% de los jóvenes que pide ayuda a Proyecto Hombre lo hace por problemas con los porros.

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