Una fuente... pero sin agua a la vista. Así se presenta la instalación situada en la plaza del Ayuntamiento, entre el Consistorio y la Audiencia Provincial. Un espacio que habitualmente era visitado por menores que jugaban con los chorros que salían del suelo y que hace tiempo que ya no se ven.

El concejal de Infraestructuras, el popular Israel Cortés, explicó ayer a este diario que la fuente no está en marcha porque «algunos de los chorros no funcionan». Esta situación lleva a que se haya convertido en habitual la presencia de las pesadas placas de metal que solían colocarse sobre los chorros solamente cuando se producían eventos en los que la fuente tenía que estar fuera de servicio, como las Hogueras o cuando se organizan conciertos en la plaza o amplias concentraciones de personas en la zona.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte, la presencia de las placas es más que habitual, dejando en recuerdo la imagen de los chorros funcionando. El concejal Cortés explicó ayer que el gobierno está estudiando «si se arreglan los chorros que no funcionan», motivo, según añadió, de que todos los surtidores estén fuera de uso desde hace un tiempo indeterminado.

Pero el único problema no es que el agua sea casi un recuerdo, sino que algunas de las placas de metal que se sitúan cuando la fuente está apagada están en un estado deficiente, según se quejan usuarios habituales de la zona. Varias de las planchas no están a ras de suelo, sino que se encuentran elevadas, lo que provoca tropezones de viandantes que cruzan la plaza.

El popular Israel Cortés señaló ayer que la Concejalía de Infraestructuras estudia con los técnicos cambiar las actuales placas de quita y pon por unas rejas que sean «definitivas», es decir, que no se tengan que colocar cuando la fuente esté fuera de servicio. Los chorros, desde su puesta en marcha, están cubiertos con unas rejas que aislan los surtidores, pero que los dejan sin la protección suficiente en actos como la cremà de las Hogueras.