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Desde 1999

Costas alerta al Síndic de que Alicante vierte agua residual a la bahía sin permiso

El Consell y el Ayuntamiento no han presentado la documentación para ocupar suelo en dominio marítimo-terrestre en 18 años

En la imagen, otro conducto por el que sale agua pluvial directamente a la bahía donde desemboca bajo el agua y que está denunciado ante el Síndic de Greuges. héctor fuentes

¿Agua mal depurada o sin tratar a un kilómetro de la desaladora de Alicante? El Servicio Territorial de Costas, organismo que depende del Ministerio para la Transición Ecológica, ha alertado en un escrito remitido al Síndic de Greuges (que investiga el asunto), que la depuradora de Rincón de León de Alicante, la más grande de la provincia junto a la de Benidorm, lleva vertiendo agua sobrante desde 1999 a la bahía de Alicante de manera ilegal al no contar con autorización para que el viejo tubo, que no emisario, por donde sale el agua, ocupe suelo del dominio público marítimo terrestre. Un punto, además, que se encuentra a 1.300 metros de las tomas del agua del mar del complejo de desaladoras de Alicante de la que bebe la ciudad, pegado a la playa de San Gabriel y en el ámbito de afección de la reserva de Tabarca, declarada Lugar de Interés Comunitario.

La denuncia llegó a Costas por una queja al Síndic presentada por la Asociación de Vecinos Gran Vía Sur, cuyo portavoz, José Santamaría considera la situación como «algo más propio de países del tercer mundo, que una depuradora como Rincón de León no tenga un emisario submarino de verdad resulta bochornoso». El problema de la depurada y sus vertidos se agrava en momentos puntuales del año, como tormentas o el verano, cuando llega más agua de la que se puede tratar «y esos caudales extra van al mar directamente», denuncia Santamaría, cuya asociación tiene decidido denunciar el hecho en los tribunales en cuanto reciban el informe definitivo del Síndic de Greuges.

Costas recuerda en su escrito que la autorización de vertido corresponde a la Generalitat Valenciana, que debe pedir, previamente, la concesión a Costas, al tratarse de un vertido al Dominio Público Marítimo Terrestre. La solicitud de autorización de vertido formulada por el Ayuntamiento de Alicante fue remitida a la Generalitat Valenciana en abril de 1999 para la correspondiente incoación y autorización del procedimiento sin que, a día de hoy, se tenga constancia en Costas de que hayan concluido los trámites. En abril de 1999, recuerda Costas en su escrito, «se autorizó de forma provisional la ejecución e instalación de las conducciones necesarias para este vertido al mar con un plazo máximo de 8 meses, al objeto de que durante el mismo se efectuaran los trámites reglamentarios. Este plazo se encuentra ampliamente expirado sin que se hayan cumplimentado los trámites», pese a los requerimientos a la Generalitat.

Desidia administrativa

Los 18 años que han pasado sin que se resuelva el tema del emisario constituyen un ejemplo más de la desidia de la Entidad de Saneamiento de la Comunidad Valenciana para posibilitar y fomentar la reutilización del agua residual depurada. En plena sequía, solo dos de las 180 plantas operativas en la provincia, en concreto la de Rincón de León en Alicante y la estación de Benidorm dispongan de sistemas terciarios avanzados, que incluyen la desalinización y un sistema integral de microfiltración bacteriológica que permite el uso del caudal tratado sin problemas en el riego de cultivos. A esto se une que salvo la planta de Benidorm, conectada con las comunidades de regantes del entorno, la falta de infraestructuras de transportes impide, por ejemplo, que el caudal de Rincón de León pueda llegar a Elche o al Medio Vinalopó. Y todo, pese a que todos los expertos y la propia Administración subrayan que la reutilización del agua residual depurada debe incrementarse e incorporarse al conjunto de recursos (desalación, pozos y trasvases) para combatir la carencia de recursos hídricos.

La Entidad de Saneamiento de Aguas Residuales se limita a cumplir la ley, y aplica un sistema secundario (eliminación de bacterias), que resulta insuficiente para que el caudal no termine, salvo las excepciones de Rincón de León y Benidorm, de servir exclusivamente para contribuir al mantenimiento de zonas húmedas como el caso del Clot de Galvany de Elche y el riego de jardines y parques.

Necesidades hídricas

El resto de las plantas no sirve para poder contribuir a paliar las necesidades de unos agricultores que tampoco pueden pagar el coste de incorporar el sistema terciario avanzado. Fuentes de las comunidades de regantes de la provincia reclaman un esfuerzo adicional a la Generalitat en la gestión de un residuo que adquiere importancia capital en el caso de la provincia de Alicante y sus sequías cíclicas. Los regantes exigen una modificación del actual canon de saneamiento para que sirva «no sólo par la construcción de depuradoras, sino para su mantenimiento y mejora de su funcionamiento». De hecho, en la provincia de Alicante, esta labor corre a cargo de la Diputación, que tienen sendos convenios menores con la Epsar, titular de las plantas, pero se limita a obras menores de mantenimiento.

Mientras, en Alicante un viejo emisario no tiene ni permiso.

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