El instituto de investigación de la Universidad de Alicante (UA) del que forma parte el candidato al premio Nobel de Medicina y de Química Francis Martínez Mojica es uno de los solicitantes de las ayudas convocadas por la Conselleria de Educación para infraestructuras y equipamiento de I+D+i que se han quedado sin fondos.

Educación distribuirá cerca de 27 millones, cofinanciados al 50% con fondos Feder, entre proyectos de las cinco universidades públicas de la Comunidad Valenciana. La UA pidió ayudas para ocho y solo tres han alcanzado la puntuación para acceder a los fondos por valor de 800.000 euros, algo que desde la institución académica consideran discriminatorio frente a los 10,5 millones que percibirán 17 de los 19 proyectos presentados por la Universidad de València y que ha desembocado en una queja formal ante la conselleria.

La directora general de Universidades, Josefina Bueno, argumentó que este año los proyectos los ha evaluado la Agencia Estatal de Investigación y que en función de la puntuación han distribuido los fondos, que cubren íntegramente las peticiones de los investigadores, hasta agotarlos. Así, han obtenido financiación 46 de los 65 proyectos presentados.

Entre los que se han quedado fuera se encuentra la solicitud de equipamiento para el Instituto Multidisciplinar para el Estudio del Medio Ramón Margalef (Imem), del que forma parte Mojica, que ayer prefirió no «lamentarse por no haber recibido financiación». El director del instituto, Roque Bru, explicó que se trata del equipamiento que necesitaban para la nueva sede del instituto en el Parque Científico, valorado en 944.000 euros. Sin ese material, admite Bru, «las investigaciones se ralentizarán significativamente». La maquinaria que pedían era muy variada porque iba a servir a los distintos grupos de investigación que trabajan en el Imem. Así, Mojica estaba especialmente interesado en un aparato de secuenciación de genoma y equipamiento adicional para preparar ADN y secuenciarlo. Bru lo estaba en un cromatógrafo líquido de altas prestaciones para analizar los compuestos bioactivos de las plantas con fines farmacológicos. Y la investigadora que formuló la solicitud para las ayudas, Pepa Antón, en una unidad microfluídica para buscar, entre millones de genes, los que produzcan sustancias de interés biotecnológico que después pueden utilizar diferentes industrias químicas y sanitarias. Se da la circunstancia de que la investigación que lidera Antón forma parte del proyecto europeo Metafluidics, en el que participan España, Francia, Noruega, Dinamarca, Portugal y Reino Unido. El proyecto asciende a 8,8 millones y está financiado por la Unión Europea. Se trata de uno de los pocos que alcanzan esas cifras en investigación y la UA recibió cerca de 600.000 euros para desarrollar su parte. De hecho, el prestigio de este tipo de proyectos fue lo que determinó que fuera ella quien pidiera las ayudas, aunque a continuación nombraba al resto de investigadores que realizaban la petición entre los que se encuentran, además de los tres citados, Martín Nieto, Asunción Contreras, Manuel Martínez (con un proyecto con EE UU en marcha), María José Bonete y Nicolás Cuenca, uno de los que más fondos obtiene en las diferentes convocatorias para Biología. Pesos pesados de la investigación. «Resulta llamativa la resolución, pero no quiero entrar a valorarla sin tener la evaluación, que ya hemos solicitado», indicó Antón. Además, Bru destacó que «se trata de equipamiento para investigaciones que ya están en marcha. Los equipos de los que disponemos ahora y que son de uso cotidiano, como los sistemas de centrifugación están obsoletos».

También resulta sorprendente que se haya quedado fuera la petición del prestigioso químico físico Juan Feliu, medalla de oro de la Sociedad Internacional de Electroquímica. El equipamiento que solicitaba ascendía a 715.000 euros y lo necesitaba para desarrollar nuevos materiales y acoplar en las edificaciones energía renovable solar que transforme el dioxido de carbono en combustible que sirva para proporcionar energía a los edificios cuando el sol se haya puesto, entre otras aplicaciones.

Este periódico se puso en contacto ayer con la Agencia Estatal de Investigación que ha realizado las evaluaciones pero al cierre de esta edición no obtuvo respuesta.