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Costa Blanca, una Torre de Babel turística

Los municipios turísticos de la provincia de Alicante reciben al año visitantes de 21 nacionalidades

Pese a la presión que ejercen sobre el mercado turístico de la provincia la recuperación de Turquía, Egipto, Túnez, Croacia y, desde este año Bosnia, la Costa Blanca se ha convertido en los últimos 20 años en el lugar de descanso e, incluso, de residencia habitual, de miles de residentes europeos clásicos (Reino Unido, Francia, Holanda, Alemania, Irlanda y Bélgica), a los que se han sumado desde el comienzo del siglo XXI otros turistas que llegan de destinos tan «exóticos» como Rusia (tras el bajón de 2015 creció el año pasado un 72%), Argelia, hoy entre los principales inversores inmobiliarios y China, un país que, de momento, tan sólo representa el 0,2% de la cuota total de turistas pero que creció un 26% el año pasado. La provincia recibe turistas de hasta 21 nacionalidades diferentes. Contingente que se ha visto favorecido por las conexiones aéreas «low cost» desde el aeropuerto de Alicante-Elche.

El Reino Unido sigue siendo el líder en la Costa Blanca con 2,5 millones de visitantes al año -cifra que se resentirá este ejercicio tras la caída de un 3% en los primeros ocho meses del año, aunque aumenta el gasto- el turismo nórdico presenta porcentajes de crecimiento impensables hace unos años y con plusvalías económicas que, además, se reparten por todos los subsectores turísticos, desde el hotel a la segunda residencia e, incluso, primera vivienda.

Noruegos. Casi 330.000 noruegos, principal mercado nórdico, pasan sus vacaciones en la Costa Blanca (2017) y 32.000 ciudadanos nórdicos (Dinamarca, Noruega, Finlandia y Suecia) trabajan regularmente en la provincia. La Costa Blanca es ya el segundo destino europeo, tras las Canarias, elegido por los nórdicos para las vacaciones, como lo demuestran los cerca de 400.000 noruegos que se han movido por el aeropuerto entre enero y agosto, principalmente en los meses fríos.

Rusos. Las costumbres de los rusos que visitan la Costa Blanca no difieren en mucho de las de los españoles, aunque con mayor poder adquisitivo. Existen dos grupos diferenciados. Los rusos que cuentan con vivienda propia o la alquilan. Reclaman, sobre todo, tranquilidad y buena comida, escogiendo productos que, en Moscú, o son carísimos o no tienen la calidad de los alicantinos, como la fruta, las hortalizas y el pescado. Amantes de las excursiones, sus rutas habituales son las que les llevan a Guadalest, Alicante, Calp, Altea y València. Y tras las visitas, el «shopping», ir de compras les llena.

Islandeses. El gasto medio de los islandeses alcanza los 2.433 euros por viaje; 94 euros al día con una estancia media de 13 días, según refleja el informe del Observatorio Turístico de la Comunidad Valenciana. Este turista busca una combinación de destino residencial, golf, sol y playa, y urbano. El aeropuerto tienen conexiones casi diarias con Kevlafik, aeropuerto de Reykiavic.

Polacos. El turista polaco se mueve entre abril y octubre; familias con niños que encuentran en la playa y la gastronomía la fórmula mágica para afrontar el invierno. La buena alimentación con productos frescos es también una de las claves que ha convencido a los polacos, junto con el sol, la playa y la seguridad.

Suecos. Los visitantes nórdicos llegan a la provincia en vuelo regular, no contratan un viaje organizado (paquete) y se alojan mayoritariamente en viviendas de su propiedad, aunque también son buenos clientes para los hoteles, que absorben el 20% de los turistas. El aeropuerto llega a tener vuelos directos con cinco aeropuertos suecos durante la temporada alta. Las tensiones en Grecia, Turquía y Egipto provocaron que la provincia sea su segundo destino de vacaciones en Europa tras las Canarias.

Chinos. El turismo chino es ahora mismo el futuro, según los expertos. Representa el 0,2% del total de turistas extranjeros, pero en el último año experimentó un aumento del 26%. Precisamente, el Patronato Provincial de Turismo, organizó el pasado fin de semana un viaje con un grupo de profesionales de la televisión, la prensa escrita y el mundo de los blogs de China. Visitaron Altea, donde vieron un taller artesano, Calp, donde han paseado por enclaves como la Muralla Roja, el Penyal d'Ifac y el casco histórico. Recorrieron también las Salinas y el Puerto de Santa Pola y el centro tradicional de Alicante.

Austriacos. Representan otro mercado potencial a explotar por la Costa Blanca por su gran poder adquisitivo pero, de momento, la partida se la lleva Canarias, que tiene muchos vuelos directos. En Alicante solo uno a la semana con la capital, Viena, y no está operativo todo el año. Aún así, el número de turistas austriacos creció el último año un 32,3%, hasta sumar algo más de 30.000.

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