Los comerciantes, que recuerdan que aportan el 11% del PIB de la Comunidad Valenciana y que son un puntal de la economía alicantina, están preocupados por el impacto negativo que la oscuridad que desluce la Rambla puede tener en el turismo por la sensación de inseguridad. De ahí que reclamen una mesa de trabajo con el Ayuntamiento, la Cámara de Comercio y la Universidad para dinamizar «y darle una vuelta a un entorno que es merecedor de algo mejor».