Lo que se presentó, cuando era alcalde el socialista Gabriel Echávarri, como un futuro pulmón verde de Alicante durante la plantación de las primeras 600 especies arbóreas, está muy lejos de la imagen pretendida. La primera fase del bosque urbano de la Sierra del Porquet, en la entrada sur de Alicante, está muy descuidada. Hay vertidos y basura,y rastros de un incendio que ha afectado a una parte del arbolado de este espacio de 24 hectáreas, pero lo que más llama la atención es la desoladora y reseca imagen de la vegetación. Por supuesto, no hay sombra.

El paraje en el que se inició la plantación de árboles en diciembre de 2017 carece de sistema de riego. Desde el actual equipo de gobierno del Ayuntamiento, con el popular Luis Barcala como alcalde, afirman que el área de Parques y Jardines riega con cubas, y que durante el verano ha intentado «salvar el arbolado, que está un poco desangelado». Admiten desde el Ayuntamiento que las cubas no impiden que se sequen especies que no arraigan. «Es una zona complicada, con mucha roca y poco suelo», señalan, sin olvidar el incendio que a principio de verano quemó una parte del paraje.

Pese a ser un proyecto heredado, el PP afirma que lo quieren impulsar de la mano de la institución que tuvo la idea. Todavía gobernaba el tripartito en el Ayuntamiento de Alicante con Gabriel Echávarri como alcalde cuando se inició el proyecto con la plantación de variadas especies. Nísperos, almendros, olivos, palmeras datileras y algarrobos, entre otras, empezaron a dar vida al bosque urbano en una plantación por iniciativa de cinco instituciones y administraciones que compartieron, en un acto oficial, la siembra del primero de los 600 ejemplares.

El espacio natural se prevé que tenga 24 hectáreas (240.000 metros cuadrados), aunque su primera fase ocupará un terreno de 34.000 metros cuadrados. Según el plan inicial, para 2019 estaba prevista la plantación de otros 900 ejemplares, regándolos, según se dio a conocer en el acto de Echávarri, con caudal de la depuradora de Rincón de León. Una iniciativa que pretende revitalizar un área en desuso, dotándola de una zona verde cinco veces más grande que el parque de El Palmeral.

Nueve meses después de esa plantación oficial, el paraje ofrece una desoladora imagen, con muchos de los árboles jóvenes secos, especialmente las palmeras. Un rincón de caminos polvorientos llenos de excrementos de perro de los vecinos que los llevan allí a pasear, y desperdicios. Una parte se ha convertido en una escombrera con vertidos de todo tipo.

Desde la asociación Gran Vía Sur indican que «ahí teníamos un proyecto de futuro», que no termina de fructificar «por la falta de sensibilidad y compromiso de los concejales de Medio Ambiente que hemos tenido», señala José Santamaría, vicepresidente del colectivo.

« Debería repoblarse de arbolado, evitando la desertización y los vertidos de escombros y basuras». Este colectivo propone un bosque mediterráneo, con aulas ambientales para que los cuatro colegios del entorno puedan hacer un uso práctico. «En el sur de Francia existen bosques cerca de poblaciones donde los centros escolares realizan múltiples actividades formativas».