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El Gobierno quiere cerrar el trasvase del Tajo a Alicante

El nuevo plan de cuenca del río eleva de 400 a 600 hm³ la «línea roja» a partir de la cual no habrá agua

Un agricultor reparte agua del trasvase en su explotación agrícola en el campo de Elche. SERGIO FERRÁNDEZ

Nuevo rejón a la vista. El futuro y revisado plan hidrológico de la cuenca del Tajo (a partir de diciembre el Gobierno tiene pensado revisar el documento) prevé elevar hasta los 600 hm³, doscientos más que ahora, la «línea roja» de agua embalsada en la cabecera del río a partir de la cual se cerrará el trasvase Tajo-Segura, lo que, en definitiva y en la situación actual, representaría la clausura definitiva del acueducto, debido a la disminución de las lluvias por el cambio climático, y condenará a la provincia a consumir al cien por cien agua desalada a 0,60 euros el metro cúbico, porque Europa prohíbe a Madrid que se siga subvencionando el agua desalada. Además, se pretende elevar el caudal ecológico de los ríos, otra medida letal. Para compensarlo, el Gobierno solo ofrece como medidas la conexión de la desaladora de Torrevieja con el trasvase en Ojós (Murcia) y la interconexión de todas las plantas, ya que el actual equipo gestor del agua en España rechaza de plano interconectar las cuencas hidrográficas.

De prosperar el nuevo planteamiento -el gobierno de Castilla-La Mancha presiona a Madrid con esta subida desde 2011-, el trasvase de agua desde el Tajo a la provincia y Murcia será prácticamente inviable, porque, viendo la evolución de la reserva de agua en el Tajo en los últimos cinco años, cada día hay menos recursos y casi siempre por debajo de los 600 hm³. En concreto, si la «línea roja» estuviera en los 600 hm³, no habría posibilidad de trasvase durante nueve meses al año, ya que la media del agua embalsada nunca ha superado en los últimos cinco años esa cifra entre julio y marzo. Pero lo peor, según fuentes conocedoras de la operación, está en el pretendido aumento del caudal ecológico de los ríos. Ahora mismo, éste está en 6 m³ por segundo y en la revisión se plantea elevarlo a 12 m³ por segundo, lo que significaría perder 180 hm³ de agua al año, según señala Ángel Urbina, portavoz de la comisión técnica del agua de la Diputación. «Como no reaccionemos vamos a ver a medio plazo como el trasvase se cierra para siempre. Y la solución, que quizá puedan aceptar las grandes empresas, no es conectar las desaladoras con el trasvase en Ojós. La solución es conectar los embales de Algeciras, Pedrera y Crevillent. ¿Cambio climático? De acuerdo, pero desde Carlos III está demostrado que lo ideal son los trasvases, para regular las avenidas y evitar inundaciones y para contar con agua durante la sequía».

El Sindicato de Regantes del Acueducto Tajo-Segura -ayer lo volvió a trasladar en una reunión en Madrid- sigue esperando que el Gobierno responda al planteamiento que los regantes le trasladaron el pasado verano para que se adoptaran medidas con las que se considera que se podría amortiguar e, incluso solucionar, la falta de recursos en la zona hortofrutícola más importante de España en contribución al PIB y que mantiene, además, cien mil empleos.

Tres opciones que, según el sindicato, debieran acometerse a medio plazo. Se necesita un caudal adicional de 205 hm3 al año al margen de los recursos que pueda enviar el trasvase desde Entrepeñas y Buendía (imposible si se elevan reserva y caudal ecológico), un aumento de la producción de agua desalada en las plantas de Torrevieja, Águilas (Murcia) y Valdelentisco (Cartagena) y su conexión con el embalse de la Pedrera, la conexión del trasvase con el Júcar-Vinalopó desde Villena y un nuevo trasvase del Ebro, que partiría desde el Canal de Imperial de Aragón (cuenca media) y solo funcionaría siete meses al año, respetando así la temporada de riegos del canal.

El aumento de la utilización de agua desalada en la provincia debido al cada día más próximo cierre del trasvase Tajo-Segura provocará también que el caudal que reciben los municipios incremente su precio hasta un 21%, una media de entre diez y quince céntimos de euro por metro cúbico. Aumento que, en función de las decisiones de cada Consistorio, se aplicará a los ciudadanos vía recibo. Las últimas subidas del agua del Taibilla a los municipios dejó la tarifa en 0,69 euros/m3.

Los 34 municipios de la provincia que reciben agua potable de la Mancomunidad, entre ellos, Alicante, Elche, Crevillent, Aspe, Hondón de las Nieves, Hondón de los Frailes, San Vicente y toda la Vega Baja consumen el 40% de los recursos que maneja el Taibilla, 74,4 hm3 al año. Hasta 2016 la Mancomunidad se abastecía del propio río Taibilla (49,8 hm3), desaladoras (57,5 hm3) y Tajo (72,5 hm3). En mayo de 2017 el agua del trasvase desapareció durante diez meses y desde principios de verano de este año la Mancomunidad ya no compra agua desalada. Según el Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante, la provincia necesita para cubrir todas las demandas (abastecimiento, riego agrícola, industrial y caudal ambiental) un total de 900 hm3 al año. De recursos propios maneja 650 hm3, en los que se incluye la desalación, acuíferos y ríos, por lo que necesita 250 hm3 de trasvases, bien del Tajo, hoy en precario, o del Júcar-Vinalopó, que de los 80 hm3 previstos solo envía hasta 15 hm3.

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