Ha conseguido que millones de personas sigan Isabel y Isabel El Ministerio del Tiempo
Todo contador de historias es un documentalista. Si haces una serie policiaca te empapas de como trabaja la policía y si va sobre médicos, lo mismo. Mis estudios y los de mi hermano Pablo son de Historia del Arte, Historia Moderna y Humanidades. Se trata de hacer asequible al público lo que le estás contando, que se lo crea porque no te inventas nada y además demuestra que la Historia es muy divertida.
Ambas son históricas pero también muy diferentes.
Isabel es historia pura, la primera temporada, que es la que hicimos nosotros, está discutida con una docena de especialistas en esa época. El Ministerio del Tiempo tiene un punto de fantasía y aventura pero todas las escenas históricas son ciertas. En el caso del Ministerio tratamos la parte menos conocida de la Historia, sobre todo a través de los miembros de la patrulla. Pero en ambos casos hablamos de España y de como somos los españoles. Hemos visto muchas series americanas y ya era hora de hablar de nosotros. Es curioso porque las dos han sido muy bien acogidas en Estados Unidos, Inglaterra y en Latinoamérica, donde El Ministerio del Tiempo se llevó el Premio Platino
¿Les llevó mucho tiempo documentarse?
En el caso de Isabel la reescribimos en tres meses. El Ministerio del Tiempo era una obsesión de mi hermano Pablo, que falleció de ELA, la creamos y la escribimos durante un año. Al ser historiadores estamos acostumbrados a movernos entre libros. Sabes el historiador número uno de cada tema y cuando los consultas te llevan a otro libro. Y también están todos los fondos doctorales que se pueden consultar por internet. Hay una labor de documentación potente detrás.
Con el «boom» de las series ¿son actualmente a mejor plataforma para difundir la Historia?
Las series son una opción maravillosa para difundir la Historia. Otra opción es la novela histórica. Aunque algunos la miren por encima del hombro hay autores con un nivel de calidad alto. Pero la Historia se estudia en las universidades. Lo que hacemos nosotros es tratar de difundirla pero sin dar clases. Aún así, con la Historia no se juega, no puedes cambiar a un personaje y convertirlo en alguien que no era en tu propio beneficio, hay que tener una ética. Mi labor es dramatizarlo en el sentido técnico para hacerlo atractivo al espectador pero sin mentiras. Pero ha sido una alegría ver que las búsquedas de los personajes se multiplicaban en Google y un honor que nos haya acompañado la Biblioteca Nacional por Twitter.
¿Conocemos a nivel general nuestra historia?
No. Creo que en España no sabemos reconocer los grandes aciertos y glorias que tenemos ni tampoco los errores. El gran problema es que al final se intenta reescribir la Historia en beneficio de una u otra ideología para que sirva a sus intereses. A veces escuchas cosas como que en 1936 no hubo un golpe de Estado y te echas las manos a la cabeza y tampoco es verdad que todo fuera idílico en la República.
Precisamente a los nacionalistas catalanes se les acusa de falsear la Historia, ¿puede llegar a ser un arma peligrosa?
Bueno, se acusa a las dos partes porque el nacionalismo español también es muy radical. Los problemas que vemos ahora ya existieron hace siglos porque Isabel y Fernando difícilmente hubieran podido llegar a la Corona sin el apoyo de las periferias. Pero sí, el caso catalán es un ejemplo de como se utiliza la Historia en beneficio propio.
También está de actualidad la exhumación de Franco, ¿nos persigue nuestra historia?
La Historia nos persigue cuando no hemos cerrado bien las heridas, aunque ahora es más un problema de acción política que de Historia. Aquí pasan cosas que serían impensables en Alemania, Chile o Argentina como tener un monumento a un dictador. Las deudas del pasado vuelven si no se zanjan. Quizá nos daba miedo enfrentarnos cara a cara a una época tan terrible, pero como en la vida hay que afrontar los problemas para solucionarlos. Me encantaría que se abrieran archivos en los ministerios de Interior, Defensa o Economía porque nos llevaríamos muchas sorpresas. Alemania por ejemplo sigue pagando a los judíos y no sé si han terminado de pagar las sanciones impuestas tras la II Guerra Mundial.
¿Está trabajando en nuevos proyectos?
En muchos, pero no puedo hablar de ellos por contrato. El único que puedo contar es la adaptación a serie de la película de Hitchcock «Atrapa a un ladrón» en Argentina con Viacom.
Si le dijeran que tiene todo el presupuesto que quiera para llevar una época o un personaje histórico a la pantalla ¿cuál sería?
Lo tengo clarísimo, a Felipe II con sus grandezas y sus miserias. Ya tengo una novela escrita sobre él y creo que junto a Isabel y Fernando y Fernando VII es el personaje clave para entender España. Bajo su reinado España era la primera potencia mundial, pero Castilla vivía en la miseria. Era un personaje interesante, culto y refinado que va cambiando con la edad.
