Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Chinchilla: «El pelotazo inmobiliario pasa factura en el desarrollo de la ciudad»

Avanza una auténtica revolución en las ciudades de la mano de las jóvenes generaciones, para quienes pide paso a los gestores y políticos

Chinchilla: «El pelotazo inmobiliario pasa factura en el desarrollo de la ciudad»

P ¿Por qué se tiene la sensación de que los arquitectos van a la suya?

R La arquitectura ha estado alejada de las necesidades sociales por lo que es una observación que imputa y atañe. También es importante tener en cuenta la situación previa a la crisis económica, con un ejercicio de la Arquitectura vinculada a la administración pública en grandes proyectos. El 70% de los edificios eran de promoción publica y la utilidad social de los proyectos no se verificaba de antemano o no correspondía a la evolución de la sociedad. Lamentablemente hay que entornar el mea culpa profesional de un sector que todavía parece anclado en ese modelo. Ahora hay que seguir avanzando y hacer ver que los profesionales pueden trabajar de la mano con la sociedad, porque el reconocimiento técnico superior no impide la participación de la gente. La mejor ciudad es la que cuenta con sus ciudadanos.

P ¿Cómo llevarlo a la práctica?

R Pequeños proyectos, más que grandes edificios, se han mostrado capaces de hacer obras bien dirigidas, con una gran participación de distintos agentes sociales y a pie de calle. Ya muy pocos profesionales por debajo de los 40 años no lo entienden así. Hay que asumir que hay que trabajar lejos del estudio y hay toda una nueva generación en la que confiar.

P ¿Cuándo veremos esto plasmado en nuestra realidad?

R La responsabilidad la tiene la administración pública porque la mejor arquitectura la ha liderado la administración pública. Sería necesario un sistema de cuotas para que los profesionales menores de 39 años tengan acceso a los encargos públicos.

P ¿Discriminación positiva?

R Como la está habiendo con el género, porque si no jamás veremos a mujeres construyendo y con los jóvenes debe existir igual. O se le da paso a los jóvenes o el cambio social no se llevará a cabo. Salen concursos continuamente, como el del pabellón de España para la siguiente Expo, pero no hay ningún equipo con menos de 50 o 60 años. Urge un cambio de modelo hacia proyectos mixtos de arquitectos jóvenes y mayores.

P Alicante parece estancada al lado de ciudades similares como Málaga, ¿qué opina?

R La crisis ha castigado de forma distinta a las regiones. El problema de la Comunidad Valenciana es que ha sido muy dependiente de la promoción inmobiliaria, que lleva a no hacer nada. Ahora hay proyectos dirigidos por arquitectos de la nuevas generaciones que tienen que ver con promocionar que se vaya al colegio en bici, nada que ver con el pelotazo que ha retraído el desarrollo urbanístico. Pero tampoco pasa nada, porque la arquitectura necesita periodos largos, de dos o tres siglos. En el caso de Málaga también la internacionalización ha sido muy efectiva, la captación del cliente internacional con centros como el Pompidou crea ciudades más abiertas, pero hay tiempo para todo en Alicante.

P ¿Cómo vislumbra la ciudad del futuro?

R La movilidad se producirá andando o en bicicleta, con muy poco impacto. Será mucho más híbrida, de forma que a diez minutos del trabajo esté la vivienda y la totalidad de los servicios, frente al distanciamiento y separación entre áreas residenciales e industriales. Lo mezclaremos e integraremos todo junto a la inteligencia digital, que permitirá recibir paquetes donde estemos ubicados y que favorecerá una participación más colectiva y directa con el buen uso de los datos. Para estos tres pilares de movilidad, ciudad híbrida e inteligencia digital, se necesitan profesionales.

P Y un importante cambio de chip, ¿no le parece?

R La ley del suelo que ha regulado el urbanismo no permite dedicar el suelo a dos usos. O tenemos un gran polígono industrial o una área de uso residencial o de equipamiento educativo. Son como manchas uniformes en la ciudad con un solo uso. Todo esto va a cambiar y en el mismo barrio el desarrollo urbano acogerá oficinas y equipamientos públicos para el día a día, con universidades contiguas al desarrollo residencial. Hacen falta nuevas leyes para la ciudad y eso se cambia con la gente más joven, que está muy preparada y no sigue las antiguas inercias.

P ¿La enseñanza va por buen camino?

R La arquitectura se está formulando ya de una forma distinta y la enseñanza que se imparte en Alicante es pionera en estas prácticas, que entienden que lo académico no funciona en una biblioteca sino que hay que salir de la clase, que hay que democratizarla. La investigación, en lugar de desarrollarse como una fórmula secreta o de tesis doctorales, se desarrolla generando prototipos reales.

Compartir el artículo

stats