Los móviles sonaban, la gente se levantaba para ir al servicio sin que nadie le acompañara, los exámenes no llegaron correctamente precintados y no se guardó la suficiente distancia entre los opositores. Son algunas de las irregularidades que han denunciado algunos de los aspirantes que el domingo se presentaron a las oposiciones para conseguir una plaza de auxiliar de Enfermería en alguno de los hospitales y centros de salud de la Comunidad. Las pruebas se celebraron en la Universidad de Alicante y a las mismas se presentaron 7.200 personas para 626 plazas.

Una de las candidatas, que prefiere guardar su anonimato, relata que la aglomeración en su aula fue tal que los aspirantes tenían que hacer el examen pegados unos a otros, sin ni siquiera guardar un asiento por medio y teniendo todos el mismo modelo de examen. «Yo trataba de ocultar mis hojas, pero era imposible, a derecha e izquierda se copiaban», relata esta opositora. Una presión añadida al tiempo, ya que los opositores disponen de 73 minutos para contestar 60 preguntas tipo test.

Pero esta no es la única irregularidad que presuntamente vivieron los opositores. «Yo me he presentado a oposiciones en muchas comunidades autónomas y por lo general te obligan a desconectar el móvil. Aquí no fue el caso. Los teléfonos sonaban y vibraban durante todo el examen y había gente con pulseras inteligentes, que tampoco deberían estar permitidas. Tampoco se dijo que quedaban prohibidos los tapones para los oídos». Esta candidata tacha de «muy poco seria» la organización de la prueba y recuerda que hay comunidades autónomas en las que incluso se impide que dos hermanos se examinen en el mismo aula, «para evitar que entre ellos se haya pactado algún tipo de comunicación no verbal con la que intercambiarse las respuestas». Tampoco los exámenes llegaron correctamente custodiados. «En cualquier comunidad autónoma te los dan bajo tres precintos con un sistema de lacrado. Aquí vinieron en una caja de cartón con un solo precinto, pero que se podía desmontar por abajo».

Otra de las personas que se presentaron a la prueba relata que en su aula, cuando se realizaba el reparto del ejercicio, «se quedaron 40 opositores sin examen porque faltaban. Los colaboradores tuvieron que salir a buscar mas exámenes. Cuando volvieron los trajeron inadecuadamente en una caja precintada con cinta aislante marrón. El precinto original es amarillo. La mitad de la clase estuvo mas de 10 minutos con los exámenes en sus mesas y la otra mitad sin exámenes».

Ante estas quejas, el Sindicato de Enfermería, Satse, ya ha anunciado que presentará un escrito de queja ante la Conselleria de Sanidad para evitar que esta situación se repita en las dos próximas oposiciones masivas que se van a celebrar a final de septiembre y de octubre, la de celador y la de Enfermería.

Por su parte, el sindicato UGT también ha denunciado el «total descontrol» en las pruebas. En un escrito remitido a la conselleria, el sindicato señala que las irregularidades «han sido un clamor» y la organización del examen «una total vergüenza». UGT denuncia además que «se permitió copiar explícitamente, consintiendo que se hablara durante la prueba y sin llamar la atención a las personas que copiaban con total descaro».

El sindicato CSIF denuncia además que no en todas las aulas empezaron a la vez la prueba, «ya que en algunas de ellas hasta 50 minutos después de las 10, que era la hora prevista de inicio del examen, estaba entrando gente todavía».