El ozono troposférico o «malo» es un oxidante muy potente que al ser inhalado puede provocar desde irritación en las vías respiratorias y los ojos hasta reducción de la capacidad pulmonar y episodios de asma.

El troposférico nada tiene que ver con el ozono estratosférico que protege a la atmósfera de los rayos ultravioleta y que está situado a 30 kilómetros de altura. El que se dispara con la contaminación y el calor es gas tóxico, negativo para la salud, y se llama troposférico por la capa de la atmósfera donde se encuentra, en contacto con la Tierra. El ozono es un antioxidante secundario, que se forma por la reacción química con otros contaminantes. Uno de ellos es el dióxido de nitrógeno de los vehículos diésel, que contaminan hasta cuatro veces más que los de gasolina.