La oferta de estudios en la Escuela Oficial de Idiomas, que ni de lejos daba abasto los últimos años para hacer frente a las elevadas cifras de demanda, especialmente para aprender inglés, presenta este curso una situación muy distinta, hasta el punto de que desde el propio centro animan a los interesados a acercarse en los próximos días porque casi la mitad de toda la oferta disponible está vacante.

Claro que depende mucho del horario elegido, pero resulta más que significativo que en la práctica totalidad de las lenguas que imparte este centro, en once de los doce idiomas, haya vacantes a dos semanas de arrancar el curso. Solo en Inglés quedan 1.700 puestos libres en todos los niveles, desde el básico al avanzado, y hoy están citados cuantos deseen cursar el primero de los niveles de aprendizaje de este idioma ante las oportunidades que hay de entrar en la escuela.

Para cursar el B2 de inglés de 15:30 a 17:45 horas, por ejemplo, quedaba ayer un aula entera vacía con las 30 plazas por ocupar . Otro tanto sucedía en sendas aulas con 40 alumnos para este mismo nivel los lunes y miércoles de 16:00 a 18:15, y los martes y jueves de 18:00 a 20:15 horas.

Todos estos datos, como puntualizan en la escuela, irán variando de un día para otro conforme el alumnado vaya confirmando matrícula y subsanando incidencias detectadas previamente en la documentación. Mañana, día 19, la escuela ofrece las vacantes del resto de los idiomas que imparte también en el nivel básico, y así sucesivamente según irá informando el centro en su web.

«Ha descendido la matrícula en todos los idiomas y escuelas», reconoce el director de la Escuela Oficial de Alicante, Antonio Cánovas. Apunta que la gente sigue pensando que es muy difícil entrar en una escuela oficial, pero que ya no es esa la realidad, «quizá sea complicado el horario, o el grupo si alguien tiene trabajo, pero plazas hay», afirma.

También sugiere que hay organismos de otros países que certifican idiomas con varias convocatorias al año «pero el que viene aquí lo hace para aprender, nuestra desventaja es que la enseñanza se alarga más en el tiempo pero asegura el aprendizaje. En tan solo cuatro meses uno no se puede creer que se aprenda un idioma de verdad», advierte el director en clara referencia a los cursos que ofrecen durante algunos meses las universidades y los títulos internacionales de otros países.

Extraordinarias

Para favorecer el acceso a quienes no lo hayan intentado siquiera, el centro de Alicante va a organizar pruebas extraordinarias de nivel a partir del mes de octubre. Español para extranjeros tendrá más oportunidades, la primera el próximo 24 de septiembre.

También desde el 2 de octubre se atenderá a los preinscritos de julio que se han quedado sin plaza en el resto de niveles distinto al básico, y a partir del día 3 de octubre se oferta todo lo que quede en función del orden de llegada.

Al igual que el resto de centros en toda la provincia, el de Alicante va a seguir matriculando conforme le queden plazas hasta el próximo mes de noviembre, porque deben hacerlo por ley. Como novedad, este curso estrena el Euskera, cuya oferta dobla la demanda. Se han ofrecido 70 puestos pero solo se han cubierto 45.

Triple

Al Euskera le pasa lo contrario que al Japonés, el único idioma para el que la demanda es superior a la oferta de plazas. En el centro alicantino se habían preinscrito en julio con la intención de obtener plaza en la lengua nipona 200 personas, pero solo hay puestos para 70, ya matriculados, por lo que la demanda triplica la oferta en este caso, que ha quedado muy corta.

El Japonés se estrena este curso en las escuelas de Elche y Alicante, que a su vez comparten profesorado. Es una japonesa itinerante procedente de Salamanca y adscrita al centro ilicitano, que dará clase los martes y jueves en la Escuela de Alicante a dos grupos de alumnos, y los lunes y miércoles a otros dos en Elche.

El furor de hace unos años por el Chino parece haberse trasladado ahora al Japonés, quizá porque conforme se avanza en el aprendizaje del Chino la dificultad se multiplica y se tiende a abandonar, como concluye Cánovas.