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Análisis

¿Solución final?

Defender que el motivo del cierre del Tajo-Segura será la naturaleza es un brindis al sol del Gobierno que la provincia de Alicante no puede consentir

¿Solución final?

No hay solución. Quizá por aquello de que el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, sea de Asturias -donde el agua y el verde están por castigo-, el número 2 del Ministerio para la Transición Ecológica ha dejado claro lo que viene siendo un secreto a voces desde que la ministra Teresa Ribera cogió la responsabilidad de la política hídrica en España. Es decir, que los trasvases de agua entre las cuencas comienzan a ser -para el Gobierno por el cambio climático y para los expertos por la perenne falta de voluntad política en Madrid- milagros de la ingeniería hidráulica pero ya en vías de extinción. Morán se muestra rotundo al afirmar que la interconexión de las cuencas (algo que el insigne ingeniero Lorenzo Pardo comenzó a diseñar en los años de la República, esa por la que tanto claman los actuales gestores de la Moncloa) es una quimera y que al trasvase Tajo-Segura le quedan dos telediarios porque, emulando a Aznar, aunque en la antípodas en cuanto a ideología, en España todas las cuencas son deficitarias (toma) y eso de plantear traer agua al Levante derrochador es de ilusos. O sea, que el Gobierno, ya sin tapujos, vuelve a la cláusula Narbona (reducir el trasvase del Tajo a medida que se incorporara el agua desalada) y su objetivo, aliado con el cambio climático, es el cierre de un Acueducto sin el que sería imposible explicar el desarrollo de la provincia de Alicante en los últimos 30 años. Sus reflexiones demuestran un desconocimiento supino de la realidad hortofrutícola de una zona, la regada por el agua del Tajo, que mueve 5.000 millones de euros al año y de la que comen cien mil familias en Alicante y Murcia.Y se trata del secretario de Estado de Medio Ambiente.

Y todo en un verano seco en el que en la cuenca del Tajo, por no citar otras, ha habido una reserva de agua permanente de 6.000 hm³, de la que solo se cogen 20 hm³ al mes para enviar a Alicante y Murcia. Hartos están los catedráticos Antonio Gil Olcina y Antonio Rico, referentes académicos en España sobre problema del agua en el sureste, de plantear al Gobierno que la solución al problema, al margen de la desalación como complemento, está en el Tajo medio, donde hay agua de sobra porque llueve como en Asturias o Galicia. Por supuesto que la cabecera del río (embalses de Entrepeñas y Buendía) está expuesta a las mismas sequías que Alicante, pero en la misma cuenca hay agua y los datos son públicos.

Defender que el motivo del cierre del Tajo-Segura será la naturaleza es un brindis al sol que la provincia de Alicante y los padres de la patria que la tienen que defender no pueden consentir. Y defender que el agua desalada es poco más o menos que la solución final es de necios. El Tajo-Segura es irremplazalble. Se puede y debe complementar con agua desalada y residual bien depurada, pero el Gobierno que se atreva a cerrarlo estará condenando el futuro de 2,5 millones de personas, la mitad en la provincia de Alicante pues, técnológicamente, resulta imposible producir tanta agua desalada como la que viene o venía del trasvase todos los años. Y volviendo medio segundo a las cuencas, por favor, no nos cuente milongas con que el Ebro no tiene agua.

José Andújar, presidente de la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunidad Valenciana, invitaba el domingo pasado a la ministra Teresa Ribera a visitar la provincia, para explicarle de primera mano los problemas con el agua de esta tierra. Acompáñele. En Alicante se necesita para beber, para regar, para jugar al golf y para hacer viviendas, por supuesto, muchas compradas, entre otros, por asturianos que en su día eligieron Alicante para vivir. Hoy sábado, precisamente, el Centro Asturiano de Alicante celebra la Santina. Pregunte señor Morán, pregunte a sus paisanos y, de paso, visite Torrevieja y vea como la macroplanta impulsada por su compañera Cristina Narbona costó 350 millones de euros y no está ni conectada para suministrar agua a 30.000 agricultores. Después, pues eso, que la naturaleza cierre el trasvase.

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