Una veintena de provincias del tercio norte y del este peninsular tendrán este miércoles riesgo (amarillo) o riesgo importante (naranja) -en Pirineos-- por lluvias y tormentas, según ha avisado la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Alicante no está entre las provincias con alertas pero las precipitaciones pueden caer en cualquier momento en cualquier punto.

En Alicante, ahora mismo la probabilidad de lluvia es del 55%, porcentaje que se mantiene mañana jueves y se dispara el viernes y el sábado al 85%. Sigue el calor con máximas de 30 grados y mínimas de 23 grados con un alto grado de humedad, por lo que sigue el bochorno, algo ya habitual en la costa de la provincia. Una franja donde la temperatura del mar está en el entorno de los 28/29 grados, lo que favorece la formación de una gota fría en cuanto entrar aire helado en altura.

Hoy, el riesgo importante por lluvias y tormentaslluvias y tormentas está en Navarra, Huesca, Zaragoza y Lérida, donde se podrán acumular hasta 30 litros por metro cuadrado en una hora.También tienen riesgo, pero amarillo, las provincias de A Coruña, Lugo, Orense, Pontevedra, Asturias, Cantabria, Álava, Vizcaya, Guipúzcoa, León, Burgos, Palencia, Soria, Valladolid, Zamora, Teruel, Barcelona, Tarragona, Gerona, Castellón y La Rioja. En ellas se pueden acumular hasta 20 litros por metro cuadrado de precipitación en una hora.

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En general, este miércoles lo más significativo serán los probables chubascos y tormentas fuertes o muy fuertes en el tercio norte peninsular e intervalos de viento fuerte en el litoral noroeste de Galicia y en las islas occidentales de Canarias.

Los cielos estarán nubosos, con chubascos y tormentas localmente fuertes o muy fuertes y que estarán acompañadas de granizo en buena parte del tercio norte peninsular, sobre todo en las montañas cantábricas, Navarra, Aragón, interior de Cataluña, y área del sistema Ibérico.

También, aunque con menor probabilidad e intensidad cuanto más hacia el sur, se esperan chubascos y tormentas dispersos en otras zonas de la mitad norte y centro peninsulares, de Extremadura, de la Comunidad Valenciana y Baleares.

En el resto del país la jornada estará poco nubosa, aunque se esperan nubes de evolución diurna y algunos intervalos nubosos matinales en el norte de Canarias, puntos de Andalucía occidental y del área mediterránea.

Respecto a las temperaturas, la AEMET informa de que bajarán en buena parte de la Península excepto en el sur de Andalucía, en la Comunidad Valenciana y Baleares, donde no se esperan cambios.

Finalmente, el viento del nordeste soplará en Galicia y Canarias, con intervalos de viento fuerte; de componente oeste en el litoral andaluz y en el área del Estrecho, mientras que la componente norte predominará en el tercio norte peninsular y del este y sur en el Mediterráneo. En las zonas de tormenta habrá rachas fuertes.

El cambio estacional de las lluvias y la intensificación de los chubascos, el aumento de las "noches tropicales" y el calentamiento del mar constituyen tres evidencias "claras" del cambio climático en el litoral mediterráneo español. Así lo explica el presidente de la Asociación de Geógrafos Españoles (AGE) y responsable del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante (UA), el catedrático Jorge Olcina, quien ha señalado que estos tres signos "están ya corroborados en datos científicos", por lo que "han dejado de ser supuestos y son manifestaciones claras de calentamiento climático".

La variación de las precipitaciones se refleja en un incremento en otoño y una caída en primavera, lo cual tiene una repercusión directa en la planificación hidrológica, puesto que las aguas en el primer trimestre del año son muy valiosas para el desarrollo con normalidad de la actividad agraria y para la acumulación de reservas hídricas en embalses y acuíferos.

Estas acumulaciones deben permitir atender el aumento del gasto en los meses cálidos del año, por lo que la disminución debería ser incluida dentro del futuro plan hidrológico nacional, que tendrá que redactarse en los próximos años, con el fin de "evitar problemas de desabastecimiento coyuntural".

La segunda evidencia del calentamiento global en el Mediterráneo es el aumento de 0,8 grados centígrados en los últimos cien años en el litoral mediterráneo español, "con un ascenso muy acelerado desde 1980", según Olcina.

Para el experto, "la manifestación más evidente de la pérdida de confort térmico en esta región ha sido el incremento muy notable de 'noches tropicales', en las que el termómetro no desciende de 20 grados centígrados durante toda la noche".

En este sentido, ha apuntado que desde 1970 a la actualidad el número de noches tropicales en muchas ciudades de la región mediterránea se ha triplicado, al pasar de 20 a entre 60 y 70 noches de calor intenso al año, y ha añadido que, incluso, desde 2000 se observa un aumento de noches en las que el termómetro no baja de 25 grados centígrados.

A esta subida de los termómetros se suma la humedad relativa elevada en áreas próximas a la costa, lo que dispara la sensación de calor. Por encima del 70%, el valor que realmente siente el cuerpo humano sube entre 4 y 7 grados.

El tercer signo "muy relevante" que refleja el cambio climático es el aumento de la temperatura superficial marina en la cuenca occidental del Mediterráneo, especialmente en su sector central (mar Balear y de Argel).

El presidente de los geógrafos españoles ha manifestado que este incremento se cifra en 0,8 grados por término medio desde 1980, en un proceso de acumulación de calor, sobre todo, en los meses de primavera (mayo-junio) y que se prolonga en verano hasta bien entrado el otoño (octubre y comienzos de noviembre).

Este efecto de que el período anual con aguas cálidas sea mucho mayor que hace unas décadas y que, además, estas aguas sean más calientes tiene dos efectos claros.

Por un lado, se favorece la citada proliferación de 'noches tropicales' en las poblaciones litorales, y por otro supone un factor de riesgo ante posibles situaciones de inestabilidad ('gota fría'), que amplía su calendario de posible desarrollo desde la primavera hasta el otoño.