Este verano, unas 150.000 personas habrán visitado Tabarca, una isla perteneciente a la ciudad de Alicante pero situada frente a la costa de Santa Pola. La isla, la única habitada de toda la Comunidad Valenciana, apenas cuenta con medio centenar de personas censadas, según los últimos datos públicos del padrón. Sin embargo, los meses de julio y agosto, Tabarca es destino obligado para los amantes de la playa y el mar.

De hecho, la sobresaturación de turistas preocupa en la Generalitat Valenciana, ya que sus aguas son una reserva marina del Mediterráneo por su excelente calidad y por la biodiversidad de su flora y fauna, tal y como subraya el Ayuntamiento, que por otro lado persigue que Tabarca se sume a las cuatro playas de Alicante y consiga la bandera azul, que hasta la fecha se ha resistido por la construcción de unos chalés ilegales y por la falta del servicio de socorrismo. Ambos problemas ya son pasado: las viviendas se derribaron y la isla cuenta, en temporada alta, con dos socorristas.

Los vecinos, en cambio, se quejan por la falta de limpieza de la isla. De hecho, recientemente, en un gesto de protesta con un toque de concienciación, residentes en Tabarca organizaron una jornada de voluntariado para recoger parte de la basura que se acumula en la isla.

La acción, que se prolongó durante dos horas, sirvió para llenar un contenedor de todo tipo de desperdicios que se acumulaban sobre el terreno: «Palés, cajas, sillas, esterillas... Pero también latas, botellas, colillas, mucho plástico...», explicaba una de las vecinas que integraron el equipo de limpieza. Los residentes reclaman que el servicio municipal se prolongue fuera de los meses centrales del verano, ya que a priori finalizada el pasado 31 de agosto.

Entre las peticiones, Capitanía Marítima pidió este verano cautela a las embarcaciones que navegan por el entorno de Tabarca, lanzando la campaña «A puerto seguro», que pretendía evitar accidentes ante el incremento de la navegación en julio y agosto. Fondear dentro del puerto tabarquino sigue prohibido y Capitanía Marítima reclamó prudencia ya que hasta la bahía llegan decenas de barcos deportivos a diario en verano y, en ocasiones, más de cien durante los fines de semana.

Según el Patronato de Turismo, la isla de Tabarca es la única habitada de la Comunidad. En realidad, prosigue el organismo municipal, más que una isla, Tabarca se trata de un pequeño archipiélago, compuesto además por los islotes La Cantera, La Galera y la Nao.

Sus costas albergaron en el pasado un refugio de piratas berberiscos. En el siglo XVIII, Carlos III ordenó fortificarla y levantar un pueblo en el que alojar a varias familias de pescadores de Génova que estaban cautivos en la ciudad tunecina de Tabarka. Las murallas que rodean su núcleo urbano están declaradas como Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural.

En las visitas a la isla, que se suelen prolongar menos de un día, los turistas suelen frecuentar la playa, además de las calas de aguas transparentes, muy habituales entre los amantes del buceo. Tabarca posee una valiosa reserva marina (la primera declarada en España, en 1986) que abarca una superficie subacuática de 17 kilómetros cuadrados, con extensas praderas de posidonia oceánica.

Otro de los atractivos es la gastronomía, ya que Tabarca también es conocida por su famoso caldero. Además, resulta recomendable pasear por el núcleo urbano y visitar el museo de la isla. También se puede hacer noche en sus alojamientos hoteleros.