Un informe de la asociación provincial contra la anorexia y la bulimia, ADABE, revela que el 30% de las adolescentes está a las puertas de sufrir esta enfermedad, tras detectar en los talleres de verano un significativo incremento de los síntomas que en la mayoría de los casos derivan en un grave trastorno de la conducta alimentaria.

«La incidencia de esta enfermedad es cada vez mayor y aunque no existen estadísticas recientes, hemos detectado signos de alarma entre hasta un 30% de nuestra población joven», subraya la presidenta del colectivo, Mercedes Marco.

Advierte esta representante, que sufre en el seno de su familia las carencias asistenciales hacia estos enfermos, que los médicos de atención primaria deben contar con un protocolo de actuación «sin demora, porque cuando se detecta alguno de estos trastornos de bulimia, atracón, ortorexia o vigorexia, tanto desde el colegio como desde las familias se envía a los jóvenes según su edad al pediatra o al médico de primaria y ellos no saben cómo actuar ni dónde derivar a estos chicos».

«Alta administrativa»

Tras la penosa situación sufrida este verano por seis pacientes ingresadas en la Unidad de Trastornos de Conducta del Hospital de Sant Joan, que de la mañana a la noche se vieron con un «alta administrativa» y el cierre de la hospitalización el primer día de agosto, aunque al cabo de dos semanas Sanidad se vio obligada a reabrir el servicio y reingresar a una de ellas de nuevo, desde Adabe reclaman que la Unidad de ingreso acoja a los afectados «independientemente de los síntomas que prevalezcan, sin reparar únicamente en los alimentarios porque forman parte de un todo que es un trastorno de salud mental». Así se lo han hecho saber personalmente a la consellera Ana Barceló, tanto Mercedes Marco como Pilar Arteaga, miembro de la asociación y madre también de un paciente afectado. «Se derivan a una u otra unidad sin abordar el problema de forma integral y eso provoca la cronificación de la enfermedad por la falta de una asistencia adecuada», subrayan.

Adabe insiste, por tanto, y así se lo ha trasladado a la máxima responsable de Sanidad, en que Alicante disponga de un centro u Hospital de Día, como el resto de provincias de la Comunidad, para abordar el problema de la anorexia desde su origen con la coordinación de psicólogos y médicos. «La atención psicológica es determinante para la evolución de esta enfermedad y actualmente es determinante la disponibilidad económica de cada uno porque tenemos que recurrir a la atención privada», lamenta la presidenta.

La máxima responsable de Sanidad, de quien partió la iniciativa de citar a los representantes de la asociación provincial de Alicante para conocer de primera mano los problemas asistenciales denunciados a través de este diario, se ha comprometido a retomar el grupo de trabajo autonómico que estaba en marcha sobre la conducta alimentaria antes de acceder al cargo. Asimismo, ha asumido la necesidad de llevar una «estadística real» sobre la incidencia de esta enfermedad.

Desde Adabe alertan de que se trata de una enfermedad tabú que los padres también callan, lo que estigmatiza al hijo. Por eso urgen talleres de prevención en los colegios y campañas publicitarias.