¿Cómo se lleva el verano como voluntaria de Protección Civil en la ciudad de Alicante?

Nuestro verano empieza con las Hogueras, ahí empieza la temporada porque los servicios cambian. Luego, en julio y agosto, nos trasladamos a las playas, donde damos apoyo a la Policía Local y a los socorristas. Cada día, tenemos a trece voluntarios en las playas, además de una embarcación.

¿A qué se dedican?

Lo que nos piden: acordonamos zonas, despejamos los canales de entrada al agua, ayudamos a los policías en sus trabajos...

Verán de todo en verano...

Pues sí. Desde niños que se pierden, aunque yo siempre digo que los que se pierden son los padres, que pierden de vista a sus hijos... Estamos con la gente a la que les roban pertenencias, también hay muchas llaves perdidas... Y dedicamos muchas horas en atender a preguntas de la gente. Nos preguntan de todo: qué ver, qué visitar, dónde comer, cómo llegar a un sitio... De todo.

¿Cuál es el perfil del voluntario de Protección Civil? Se ve de todo...

El abanico es muy amplio. Tenemos desde personas que son menores de edad que tienen que venir con autorización de los padres a personas jubiladas que vienen a colaborar. En total, somos un centenar de voluntarios, con universitarios, opositores...

¿Por qué son voluntarios? ¿Qué buscan?

El voluntario nace, no se hace con los años. Hay gente que ha venido, ha probado y lo ha dejado porque era mucha dedicación... Esta agrupación sobrevive porque la gente, en general, es solidaria, aunque no lo parezca. Nosotros, en concreto, nos queremos sentir útiles para la ciudad.

¿Y qué sacan a cambio de toda esa dedicación?

La experiencia, las amistades, sentirnos útiles para la gente... También tenemos una relación muy buena con los policías locales, con los bomberos... Realmente, lo que sacamos a cambio es la satisfacción de irte a casa con el deber hecho tras sentirte útil para la gente.

¿Se sienten reconocidos por la sociedad o, en cambio, viven situaciones complicadas por ser voluntarios y no tener la autoridad, por ejemplo, de la Policía?

En general, sí, nos sentimos reconocidos por la sociedad y también por los políticos. Pero es cierto que a veces tenemos problemas con la gente porque no atienden a nuestras peticiones. Sin embargo, un «gracias» de un ciudadano compensa los malos momentos.