En cuanto al perfil del turista que alquila este tipo de viviendas es el de una familia con dos hijos o parejas que «hotelizan» estas viviendas. Principalmente, porque el 24% del total son sólo para alojarse una noche, frente al 17% de dos noches; el 16% para tres noches; o entre el 23 y el 20% para un plazo de entre 4 y 29 pernoctaciones. Para la patronal Hosbec, este dato confirmaría que «nos encontramos en un modelo que pretende sustituir al alojamiento hotelero». El 57% de los propietarios comercializa a la vez varias propiedades. Es decir, que esta actividad se realiza con un objetivo claramente económico. Las tarifas medias oscilan entre 60 euros por día en temporada baja y hasta 200 euros por día en los periodos de mayor ocupación, teniendo los precios más caros durante los meses de julio y agosto. En 2017, sólo en Benidorm, el volumen de negocio de estos arrendamientos fue de 7,9 millones de euros.
Según la plataforma HomeAway, con datos de un estudio de la Universidad de Salamanca, el gasto de los turistas que se alojan en apartamentos turísticos alcanza los 1.350 millones de euros al año en la Costa Blanca. El estudio se realizó en base a una estancia de una semana, que el turista que eligió el apartamento gastó 630 euros en el alquiler y 2.100 en manutención y compras. El 61,3% de los que eligen la vivienda de alquiler son familias y un 22,7% parejas. El informe destaca que en los dos últimos años, la vivienda turística ha sido utilizada en más de 3,7 millones de viajes por turistas españoles 18 a 65 años.
