Los vecinos del Moralet están a la greña. Animalistas y defensores de la tauromaquia expusieron ayer sus argumentos y avivaron de nuevo la polémica después de que una vaquilla se colara el viernes entre los barrotes y accediera a la zona del público.

Los bous al carrer, que han regresado este verano al Moralet tras tres años sin celebrarse, acabaron en susto en su octavo día de festividad. A raíz de este incidente y como ocurre en el resto de España, este festejo cuenta con dos bandos enfrentados: los que consideran las corridas de toros una fiesta nacional y los antitaurinos que abogan por la abolición de esta práctica.

El viernes una de las vaquillas que protagonizaba esta fiesta se escapó de la zona vallada, colándose entre los barrotes, para acabar formando un gran revuelo en la zona acotada para espectadores mayores de 16 años. Dentro de este recinto se encontraban unas 3.000 personas, según la policía.

Como se puede observar en la secuencia de imágenes anexas a este texto, varios vecinos trataron de llamar la atención del animal para llevarlo de vuelta al interior del perímetro de seguridad. Durante el percance cundió el pánico entre los espectadores.

El momento más tenso se dio cuando la vaquilla fijó su atención e intentó embestir a un par de asistentes que pretendían poner a salvo a otro con movilidad reducida. Varias personas llegaron incluso a lanzar sillas contra la vaquilla para intentar distraerla, lo que provocó algún revolcón en el proceso.

Se escapa una vaquilla del Moralet

Se escapa una vaquilla del Moralet

Finalmente, el animal pudo ser inmovilizado por casi una treintena de vecinos y atado por los cuernos. Uno de los hombres que intentaba acorralarla fue trasladado a la ambulancia pero finalmente salió por su propio pie y no fue necesario trasladarlo.

Las vaquillas, que no contaron con autorización municipal durante el gobierno del tripartito, volvieron a celebrarse este año tras la decisión del ejecutivo de Luis Barcala (PP) de aprobar por vía de urgencia la cesión para el uso temporal de una parcela de 5.500 metros cuadrados.

Las asociaciones vecinales El Moralet y Nuevo Moralet llevan semanas denunciando irregularidades en la autorización del evento por tratarse de suelo municipal calificado de rambla, «con un recinto taurino ilegal en pésimo estado», y no existir un plan de emergencia, y han interpuesto un recurso de reposición ante el Ayuntamiento y diversas instancias a la Generalitat para que suspendiera los festejos por no cumplir con las condiciones de seguridad exigidas por el reglamento.

También han documentado infracciones graves, como el acceso de menores y personas ebrias al recinto. Dignidad Animal ha interpuesto un recurso contencioso administrativo que ha sido admitido a trámite, aunque el juez ha denegado la medida cautelar de suspensión inmediata.

María López Medel, presidenta de la asociación de vecinos Nuevo Moralet ha explicado que «dentro del recinto había niños, personas minusválidas e incluso mamás con bebés». Según la presidenta, la mayoría de vecinos del Moralet «está en contra» de este acto al asegurar que «peligra la vida de mucha gente».

Por su parte, José Luis Lillo, presidente de la Asociación Cultural Taurina El Moralet, ha querido dejar claro que es un festejo permitido por ley y que todos los documentos están en regla: «La Conselleria ha dado el visto bueno porque el acto cumple todos los requisitos de seguridad».

Irregularidades

Podemos Alicante se sumó ayer a la polémica y reclamó la dimisión del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Alicante «ante las graves irregularidades acaecidas en los festejos con vaquillas». La formación y las asociaciones vecinales han intentado que el Ayuntamiento, Conselleria y la justicia no permitiera la celebración de la fiesta, aduciendo todo tipo de irregularidades en temas de seguridad, legalidad y respeto animal.

«Hemos podido comprobar que están acaeciendo graves sucesos, que ponen de manifiesto la peligrosidad de la actividad y en entredicho las medidas de seguridad de la organización», según Podemos, que también ha denunciado el trato «vejatorio y agresivo» hacia los activistas animalistas que «adecuadamente identificados y de forma pacífica» auditan con su presencia y grabaciones que se cumpla la legalidad y no se den situaciones de maltrato.

Podemos ha exigido la suspensión inmediata del festejo, la dimisión del equipo de gobierno que lo ha autorizado y la depuración de responsabilidades a la Generalitat.