Una playa tranquila, familiar, en la que se puede aparcar y donde no hay ningún problema para coger sitio en primera línea sin necesidad de madrugar. Éste es el perfil que trazan de Urbanova los habituales de la playa situada más al sur de la ciudad, justo en el límite con Elche. El arenal, que se extiende más allá del kilómetro y medio, cuenta en su otro extremo con la playa de perros de Agua Amarga. Además, está marcada, según explican los vecinos, por la presencia de las lagunas y del aeropuerto.

La playa, que disfruta de bandera azul, cuenta con servicio de asistencia y socorrismo en temporada alta y media. En verano, Urbanova dispone de ocho personas del servicio, con cinco socorristas, un patrón, un responsable de puesto y un sanitario. Una nómina que durante el periodo de Semana Santa se reduce en un socorrista. En verano, además, los usuarios tienen a su disposición el servicio de accesibilidad para usuarios con diversidad funcional y movilidad reducida, junto a un área lúdico-pedagógicas para personas con discapacidad.

La playa de Urbanova está conectada con el centro urbano a través de la línea 27, que tiene una frecuencia de 40 minutos durante los meses de verano y de algo más de una hora durante el resto del año. Los tiempos, para los vecinos, suponen un hándicap para el barrio. Al igual que el abandono que sufre la carretera que une Urbanova con la N-332, es decir, con el acceso sur de la ciudad. Esta obra, históricamente reivindicada por los residentes en el barrio (que cuenta con menos de 700 personas censadas, pero cuya población se dispara hasta las 8.000 personas durante el verano), se prevé realizar este año. De hecho, la actuación se tiene que acabar antes de que finalice 2018, al estar integrada en las inversiones financieramente sostenibles. La iniciativa servirá para además habilitar una senda peatonal y un carril bici que, en un futuro, se contempla conectar con el tramo que hoy acaba a las puertas de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo). La obra, para evitar que interfiera en el tráfico propio del verano y en la anidación de aves del entorno de Agua Amarga, se anunció para mediados de septiembre.

Los vecinos, además de apremiar con la actuación, también piden un mayor control contra el mosquito, que encuentra refugio en las lagunas. Entre las reivindicaciones también figura que el punto de atención sanitaria permanezca abierto todo el año, no sólo en verano.

En cuanto a infraestructuras, la playa de Urbanova está marcada por la cercanía del aeropuerto. De hecho, el ruido de los aviones al despegar convive con la tranquilidad de una playa de ambiente familiar: «Aquí nos conocemos todos. Es un pequeño pueblo».