La adjudicación a finales de julio al grupo francés Eiffage de la construcción y gestión durante 30 años de la futura terminal cerrada para mover graneles en Alicante ha sido el primer paso para iniciar la ejecución del nuevo Plan Estratégico 2018-2022, que se centra en dos objetivos clave. Por un lado, en la vertiente industrial, mejorar la competividad de los muelles para lograr que en el horizonte de 2022 el Puerto mueva 4 millones de toneladas al año (el 55% granel), 200.000 contenedores y 350.000 pasajeros. En la actualidad el movimiento de mercancías ha caído un 15,4% en el primer semestre del año hasta 1.483.687 toneladas, menos de la mitad de los 3.446.770 con las que terminó 2017. El dato previsto para 2022 supone un crecimiento de un 16% con respesto a las cifras del pasado año. El crecimiento de cruceristas previsto en el Plan aún es mayor ya que prevé multiplicar por ocho los cruceristas que llegaron en 2017. Aunque este año el crecimiento ha sido notable, y hasta junio ya habían desembarcado 42.201 pasajeros de cruceros, aún estamos lejos de la mejor cifra histórica de cruceristas en Alicante, que fue 2011 con 108.435, una tercera parte del ambicioso objetivo de 2022.
En cuanto a la vertiente lúdica del Plan, la Autoridad Portuaria se plantea abrir más las dársenas de ocio a la ciudad, diversificando la actividad en la zona pesquera para dar cabida a actuaciones relacionadas con la náutica deportiva y la hostelería. Actualmente en la zona funciona la Lonja del Pescado y una pequeña zona hostelera de gran aceptación junto a varaderos donde se reparan embarcaciones deportivas.
La mejora de la competitividad pasa, según los responsables del Puerto, por consolidar y potenciar los tráficos de referencia, la mercancía general con las islas Canarias y el de graneles, ya en vías de solución al haberse iniciado la tramitación de una terminal cerrada en el muelle 17.
Para ello es necesario ampliar la línea de atraque de la terminal de contenedores, poner en servicio una tercera grúa y trasladar la terminal de carga rodada (camiones) desde el muelle 21 al 19. Otra de las iniciativas (básico es que el Puerto esté conectado con el Corredor Mediterráneo) es adecuar la terminal ferroviaria del Puerto (reabierta en noviembre de 2015) para permitir que puedan entrar trenes de 750 metros de longitud para conectar también los muelles con el centro de España.
Potenciar el tráfico con el norte de África, consiguiendo nuevos enlaces con Marruecos resulta también clave y es otro de los objetivos, como lo es también captar una nueva línea «feeder» (conexión de Alicante con los puertos transoceánicos) para activar las importaciones y exportaciones desde la provincia e impedir así la huida de los empresarios a otros puertos. Como necesario es, y así lo refleja el documento presentado a los consejeros del Puerto a finales de julio, «crear una oferta atractiva de la ciudad para potenciar la llegada de cruceros». Esta misma semana la visita del crucero Britannia con 4.000 turistas a bordo ha dejado unos ingresos de 300.000 euros en la ciudad en tan solo diez horas. El tráfico de cruceros resulta estratégico para que, por ejemplo, Alicante tenga actividad todos los meses del año.
Otro de los objetivos del presidente, Juan Antonio Gisbert, es transformar la dársena pesquera -en la que el año pasado reabrió la Lonja del Pescado- para permitir nuevos usos náutico-deportivos que sean compatibles con los pesqueros. También se pretende modificar los instrumentos de planificación para incorporar nuevos usos terciarios en la manzanas existentes entre la Casa del Mediterráneo y el edificio de la Autoridad Portuaria, así como el suelo libre en los muelles 10, 12 y el primer tramo del 14, popularmente conocido como la Zona Volvo. Se pretende abrir nuevos espacios para el disfrute de los ciudadanos en la zona de Levante, junto al hotel Meliá, permitiendo que los ciudadanos puedan llegar hasta el final del dique de abrigo principal, donde se ubica la terminal de los cruceros. La iniciativa se completa con la conexión para los peatones de la Zona Volvo con el complejo Panoramis, así como el desmantelamiento de las vías de Adif ya sin uso junto a Casa Mediterráneo.
El Puerto dejará de mover graneles al aire libre en diciembre de 2019. El consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Alicante adjudicó el pasado 27 de julio al grupo francés Eiffage la construcción y gestión para los próximos 30 años de la nueva terminal de graneles, que consistirá en una sola nave central de 22.000 metros cuadrados de superficie, 362 metros de largo, 50 metros de ancho y 17 metros de alto con capacidad para gestionar hasta tres millones de toneladas de gran el año, el doble que la cifras de la actualidad. La nave estará dotada de dos cintas carenadas de 500 metros de longitud para el trasbordo de los graneles entre los barcos y la gran nave cerrada que se constituye como una terminal independiente en el muelle 17.
