La publicación ayer en el Boletín Oficial del Estado de la autorización del trasvase de 20 hm³ del Tajo al Segura -el agua para agosto que debía haber empezado a llegar el día 1 no lo hará hasta el lunes 27- ha supuesto un balón de oxígeno para los agricultores del sur de la provincia en pleno proceso de plantación de la cosecha de hortalizas del otoño, pero el trasvase llega marcado, sin embargo, por otros nubarrones porque, en estos momentos, nadie sabe qué pasará el próximo septiembre, cuando también se necesitará agua. Según las normas de explotación fijadas en el «memorándum» del Tajo, si el sábado 1 de septiembre en el complejo de embalses de Entrepeñas y Buendía hubiera 631 hm³, el ministerio estaría obligado por ley a trasvasar 38 hm³, los mismos que correspondían este mes y finalmente se quedaron en 20 hm³.

Una cantidad que, sin embargo, va a ser difícil de encontrar debido a que ayer había 633 hm³ a los que hay que restar los veinte hectómetros cúbicos del envío de este mes, con lo cual quedarán 613 hm³ como máximo. A partir de ahí entrará en juego la voluntad política, porque la norma especifica para ese rango que el envío de agua será de «hasta 20 hm³», con lo que el caudal final deberá decidirlo la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, cuyos gestos hasta ahora no han sido nada favorables a la continuidad del Tajo-Segura. Conocida y pública es su cultura antitrasvasista, por lo que el envío de septiembre (el memorándum estará de su parte) podrá estar entre uno y veinte hectómetros cúbicos, en una situación que ya no pueden controlar los agricultores.

La aprobación del trasvase ha tenido, por otra parte, un efecto balsámico en el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura que, de momento, no van a reclamar en los tribunales los 18 hm³ que faltan del envío de agosto. «Hemos pedido a la comisión que evalúa los caudales y a la Confederación del Tajo que revise los estudios porque este trasvase de agosto se ha calculado mal y nos corresponderían 38 hm³. Lo suyo sería recuperarlos en septiembre», subrayó ayer José Andújar, vicepresidente del Sindicato del Acueducto Tajo-Segura.

El Gobierno publicó por fin ayer en el BOE la autorización del trasvase de 20 hm3 del Tajo a las provincias de Alicante y Murcia, aprobado el pasado día 9 pero que estaba paralizado porque ni se había publicado en el BOE ni el director general del Agua había firmado la cesión por encontrarse de vacaciones. El Ejecutivo reacciona tras la denuncia del hecho por los regantes y el agua comenzará a llegar la próxima semana. La autorización en el BOE cuenta con la firma de la ministra Teresa Ribera, tal como establece el nivel 3 de las reglas de explotación del trasvase. Ayer mismo se trasladó la orden a la Confederación del Tajo para que el agua comience a fluir por las conducciones hasta Alicante y Murcia.

Denuncia agrícola

Por su parte, la organización agraria Asaja-Alicante denunció ayer que es la primera vez que se produce un retraso tan importante para autorizar un trasvase de agua del Tajo-Segura. Asaja considera que «aunque el agua es bienvenida», la aprobación llega «tarde y mal» y exige que la política hídrica se afronte con mayor rigor y responsabilidad, según una nota hecha pública por Eladio Aniorte, presidente de la organización. Asaja reclama retomar la suscripción de un Pacto de Estado que consensúe un Plan Hidrológico Nacional que contemple el déficit estructural del sudeste peninsular y los sobrantes en España.

«Paralizar el Trasvase ha sido una irresponsabilidad clamorosa, un error de niños pequeños que demuestra el gran desconocimiento que tienen sobre el sector agroalimentario», denunció el presidente de ASAJA-Alicante, Eladio Aniorte.