Unos jóvenes se bañan a última hora de la tarde en la zona del espigón situado junto a los hoteles del Postiguet. Ante los problemas para salir del agua, una mujer se lanza para socorrerles. Finalmente, unos socorristas fuera de servicio ponen a salvo a unos y a otros. Esta reciente situación no es nueva, lo que preocupa a los responsables del servicio de socorrismo de la playa, que alertan del peligro que supone tanto bañarse como caminar por las rocas situados a ambos extremos del Postiguet. «El baño está prohibido, pero la gente se salta la prohibición. Aunque está siendo un verano tranquilo en cuanto a los vientos, esas zonas son peligrosas, sobre todo cuando sopla Levante», explicaban ayer desde el servicio de socorrismo de la ciudad de Alicante, quienes reconocen que atienden «muchos resbalones» entre los usuarios.

Cuando se detectan bañistas entre las rocas, sobre todo en días de viento, los socorristas les informan de la prohibición, «aunque no podemos hacer más». Si los usuarios no atienden a las recomendaciones, los socorristas entonces requieren la presencia de Protección Civil, que también se limita a informar. Si los bañistas continúan en el agua, pese al peligro para su integridad física, los socorristas acaban por recurrir a la Policía Local. Para los responsables del servicio de salvamento sería necesario que se colocaran carteles fijos junto a las rocas para informar del peligro existente.

Habituales del Postiguet aseguran que la presencia de bañistas en la zona de las rocas es continúa en los meses de verano. El mayor problema, señalan, llega cuando finaliza el servicio de socorrismo, a última hora de la tarde, sobre todo por el entorno de los hoteles. «Algún día pasará una desgracia», subrayan bañistas del Postiguet, preocupados ante la posibilidad de que se produzcan accidentes graves en la zona de los espigones.

Balance de actuaciones

Al margen de las asistencias sanitarias en el entorno de las rocas, el servicio de socorrismo de Alicante destaca que la mayoría de las actuaciones se producen este año a consecuencia del pez araña y de las anémonas («una especie de alga roja que se pega en las rocas», explican). En cambio, añaden, se han reducido las picaduras por medusas y han desaparecido prácticamente los problemas derivados de las obladas. «Estamos notando un aumento de las picaduras por el pez araña y también por anémonas, que se producen en las zonas de rocas», afirman desde el servicio de socorristas. En concreto, en lo que va de año, entre San Juan, el Postiguet y Urbanova se han producido 767 asistencias por picaduras del pez araña, frente a las 210 por medusas. Las anémonas solo se registran en el Postiguet, con 280 asistencias.