Los bous al carrer, que han regresado este verano tras tres años sin celebrarse, han acabado en susto en su octavo día de festividad. Ayer una de las vaquillas que protagonizaba esta fiesta se escapó de la zona vallada, colándose entre los barrotes, para acabar formando un gran revuelo en la zona acotada para espectadores mayores de 16 años. Dentro de este recinto se encontraban unas 3.000 personas, según la policía. Como se puede observan en el vídeo, varios vecinos trataron de llamar la atención del animal para llevarlo de vuelta al interior del perímetro de seguridad, aunque sin éxito.

Durante el percance cundió el pánico entre los espectadores. El momento más tenso se dio cuando la vaquilla fijó su atención en un par de asistentes que pretendían poner a salvo a otro con movilidad reducida e intentó embestirlos. Varios jóvenes consiguieron distraer a la res de su objetivo llevándose incluso algún revolcón en el proceso. Finalmente el animal pudo ser inmovilizado por casi una treintena de vecinos y atada por los cuernos.

Uno de los hombres que intentaban acorralar a la vaca recibió un revolcón y fue trasladado a la ambulancia pero finalmente salió por su propio pie y no fue necesario trasladarlo.

Las vaquillas, que no contaron con autorización municipal durante el gobierno del tripartito, volvieron a celebrarse este año tras la decisión del ejecutivo de Luis Barcala Luis Barcala (PP) de aprobar por vía de urgencia la cesión para el uso temporal de una parcela de 5.500 metros cuadrados.

Las asociaciones vecinales El Moralet y Nuevo Moralet llevan semanas denunciando irregularidades en la autorización del evento por tratarse de suelo municipal calificado de rambla, con un recinto taurino ilegal según el propio consistorio, en pésimo estado, y no existir un plan de emergencia, y han interpuesto un recurso de reposición ante el Ayuntamiento y diversas instancias a la Generalitat para que suspendiera los festejos por no cumplir con las condiciones de seguridad exigidas por el reglamento. También han documentado infracciones graves, como el acceso de menores y personas ebrias al recinto.

Por su parte, Dignidad Animal ha interpuesto un recurso contencioso administrativo que ha sido admitido a trámite, aunque el juez ha denegado la medida cautelar de suspensión inmediata.