Trabajar en verano en la playa... ¿Cómo se llevan estos meses como monitora en el área accesible de San Juan?

Aquí nos dedicamos a un servicio complementario a la ayuda al baño. Hacemos actividades de ocio, pero con fines terapéuticos para las personas con diversidad funcional. Intentamos estimular a los usuarios en función de sus necesidades, teniendo en cuenta nuestras limitaciones por encontrarnos en este entorno. Nunca va a ser lo mismo un centro especializado que una playa, pero al ser actividades al aire libre también participan más de lo habitual.

¿Qué hacen para ayudar a las personas con discapacidad que vienen hasta esta zona?

Hacemos talleres, nos gusta que interactúen entre ellos. Hoy [por ayer] tocaba un taller de hacer medusas, pero también hacemos huchas, collares, pulseras... De todo. También ponemos la bandera del día, si es verde, amarilla... Las actividades se adaptan al grupo, en función de su movilidad... Y además aprovechamos las actividades de nuestro entorno, como las carpas informativas que instalan (desde videojuegos a otras sobre el agua). Vamos allí y hacemos que los chicos interactúan. Otro día, a final de verano, trabajamos la integración yendo a comer a un local de comida rápida de la playa: los chicos se portan genial, piden su comida, la pagan...

¿Con qué perfil trabajan?

Tenemos desde 5 años, aunque no es lo común, hasta 45. Pero también vienen niños sin discapacidad para participar en los talleres. Nos viene muy bien porque así interactúan unos y otros. Es una forma de eliminar barreras existentes, y así conseguimos también no crear espacios cerrados.

¿Queda mucho por hacer para eliminar todas la barreras que sufren las personas con alguna discapacidad?

En cuestión de barreras se ha hecho mucho, pero aún queda por hacer. Ya se sabe: cuanto más haces, más cosas te das cuenta que se pueden hacer.

¿Es un servicio con demanda en la playa de San Juan? Aquí tienen a niños en los talleres y a personas saliendo y entrando del agua con la silla anfibia.

El boca a boca sirve mucho. Pero luego mucha gente pasa, nos ve y se informa. También hay familias de otras provincias (muchos de Madrid) que veranean en esta playa porque existen estas zonas para personas con discapacidad. Muchos usuarios nos cuentan que si no existieran estas áreas no podrían veranear.